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La comunidad hebrea de Melilla festeja “la pascua de la galleta” en honor a sus raíces históricas
La población judía melillense se prepara para celebrar el Pesaj, una de las cinco fiestas mayores del calendario hebreo que este año coincide con la Semana Santa cristiana. El presidente de la Comunidad Israelí de Melilla, Jaime Azancot, explica a El Faro que esta festividad “celebra la salida del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, después de las diez plagas” tras las cuales se dirigen “hacia la libertad, hacia la Tierra Prometida”.
Azancot reconoce que “aquí en Melilla, mucha gente la llama ‘pascua de la galleta’ porque comemos una galleta especial”. Sin embargo, esta celebración no sólo se caracteriza por seguir una dieta distinta al kosher tradicional, sino que también tiene una liturgia específica.
La dieta
El Pesaj de este año “empieza el próximo lunes por la noche y se extiende durante ocho días”, indica Azancot. Durante este periodo de tiempo “los hebreos tienen prohibido comer cualquier producto que lleve levadura fermentada”, por lo que “comemos esta galleta especial”.
La razón por la que lo hacen es rememorar, según consta en el Libro del Éxodo de la Biblia, “la salida tan rápida que hicieron los judíos de Egipto, en la que no tuvieron tiempo de fermentar el pan” y se tuvieron que conformar con “estas galletas planas, también llamadas pan de los pobres”, explica el presidente de la Comunidad Israelí en ‘Judet Kosher’, la tienda de comida preparada para judíos que regenta en el Rastro.
Los judíos no pueden comer alimentos con
levadura fermentada durante esta festividad
Puede parecer una dieta estricta, pero Azancot asegura que, en esta semana y a pesar de la restricción de no comer ningún producto elaborado con levadura fermentada, “comemos de todo; verduras, carne, pescado...”, siempre que siga las exigencias kosher especiales del Pesaj.
La liturgia
Esta festividad también tiene unos ritos religiosos particulares. “Las dos primeras noches, cada familia debe leer la Hagadá”, el libro que relata “desde el Génesis, hasta la salida de los judíos de Egipto, su llegada al Monte Sinaí y la entrega de la Torá”, comenta Azancot, quien asegura que es la mejor forma para que “los niños se familiaricen con todas nuestras costumbres e historia”.
Por otro lado, durante esta pascua “los rezos en la sinagoga siguen una determinada musicalidad, pero no usamos instrumentos musicales, porque están prohibidos en sábado y pascua”, detalla Azancot, aunque reconoce que “hay cantantes en cada sinagoga que hacen una música especial, todo vocal”.
Solidaridad
El rabino de la sinagoga, Yamin Bitan, añade que estas fechas “están pensadas para disfrutarlas en familia y con amigos”. Si por cualquier circunstancia “una persona está sola o es pobre” y no tiene recursos para celebrarlo como es debido, “la institución de la comunidad hebrea se encarga de organizar una serie de comidas para que celebren el Pesaj acompañados”. Bitan recuerda también que es en esta ocasión cuando “se compra ropa a los niños y se hacen regalos a las mujeres”.
La celebración del Pesaj hebreo coincide en las
mismas fechas que la Semana Santa cristiana
Además, el rabino explica que “cuando acaba el octavo día, se celebra la fiesta de la Mimona, la fiesta de la Fe”, en la que “ya se puede comer de todo”, por lo que se prepara un gran banquete para disfrutar en compañía “de los seres queridos”.
¿Cuáles son las características de la comida kosher de la comunidad hebrea?
La palabra ‘kosher’ significa apto o adecuado en hebreo y se aplica a los alimentos, definidos en la Biblia, que no pueden comer los judíos. Las Sagradas Escrituras ofrecen un listado de las categorías básicas de alimentos que no son kosher. Entre éstos, se incluyen el cerdo y el conejo, aves de corral y otras como el águila y el búho, pescados como el bagre y el esturión, así como todos los mariscos, insectos y reptiles.
Por otro lado, las carnes que sí son kosher deben estar faenadas de tal forma que el animal no sufra para ser consideradas como tales, y ser aptas para su consumo por parte de una persona judía. Además, el ritual de sacrificio animal debe ser llevado a cabo por un matarife judío, una persona calificada para realizar el acto, ya que cuenta con la experiencia y los conocimientos que garantizan su habilidad.
No obstante, un producto puede ser kosher, pero no otro ingrediente que lo acompaña, por lo que el primero quedaría invalidado y no sería adecuado. Para evitar esta situación y violar la ley dietética, un rabino debe certificar que cualquier producto cárnico ha seguido las estrictas normas de elaboración kosher.