Ignacio Velázquez optó ayer por el victimismo y el contraataque, una vez se ha sabido que su empeño por ser candidato electoral al 22-M es un auténtico imposible. Desactivada la 'bomba Velázquez' que la coalición CpM-PSOE se prometía como un gran arma electoral contra la candidatura de Imbroda, el presidente del PPL se refugió en la causa coincidente de Bildu en el Tribunal Constitucional para explicar por qué su último cartucho para hacer valer su empeño de volver a la Asamblea de Melilla se ha diluido como un simple azucarillo.
Más allá del argumento, muy propio de quien como él cuenta con muchísimos recursos a la hora de trasmitir a la opinión pública la versión de los hechos que más pueda favorecerle, atacó ferozmente al PP y en especial a su principal capital electoral, el presidente del mismo partido y de la Ciudad, Juan José Imbroda, en unas críticas coincidentes con el Partido Socialista de Melilla que, a más de uno, no dejan de parecerles una actuación coordinada del llamado 'bloque anti PP'.
Velázquez fue muy lejos y acusó a Imbroda de “burlarse de las mujeres maltratadas” por “amparar” a Mimón Mehamed, como se sabe condenado en 2008 por malos tratos a su exmujer, y por tal motivo separado de la lista electoral del PP a las elecciones del 22-M, además del Gobierno de la Ciudad.
Para Velázquez y Muñoz no cabe duda de que Imbroda sabía de esa condena y aún así lo mantuvo en el Gobierno local y lo propuso incluso inicialmente para que fuera candidato por su partido.
La prueba del algodón, según los socialistas y también Velázquez, es que el hermano del presidente, el decano del Colegio de Abogados, sabía que Mehamed había sido condenado por malos tratos, porque le asistió como letrado en otra causa en la que, según el candidato imposible, es decir Velázquez, se aportaron los antecedentes penales por los mismos malos tratos.
Además, tanto para los socialistas como para el PPL de Velázquez, el letrado Blas Jesús Imbroda debía haber informado al PP, puesto que a su vez es miembro de la ejecutiva de este partido. No se creen por tanto que nadie supiera de la condena del exviceconsejero y menos aún el presidente de la Ciudad Juan José Imbroda.
Está clara la estrategia: Frente a la frustración, la declaración de guerra. Y en ese trance, unos y otros insisten en el mismo discurso dando cuenta de que, les guste o no, actúan sobre todo como un auténtico bloque anti PP.
Ahora bien, qué pueden probar hasta ahora: como mucho que un abogado sabía de unos antecedentes penales. ¿Y es lógico pedir a ese abogado que revele un secreto profesional? A pesar de ello, dan por supuesto que lo reveló y que Juan José Imbroda por tanto estaba bien advertido de cuál era la situación.
Mimón Mehamed hizo un flaco favor a su partido cuando silenció su condena. Políticamente incurrió en un gran error que le ha supuesto un alto coste, lógico por otra parte. Pero ni por ello hay que dilapidarlo hasta el infinito, como pretende el Partido Socialista, ni concluir que Imbroda se ha burlado de las mujeres maltratadas.
No está probado que Imbroda supiese de esa condena y que aún así lo mantuviera sin más en su Gobierno y lo promoviera como candidato a los próximos comicios. Imbroda además niega que tuviera algún conocimiento al respecto.
La violencia de género o machista es deleznable, pero también lo es que se manipule al servicio de intereses partidistas o electorales, como está claro está sucediendo. Más aún cuando las candidaturas del 'bloque' tienen tanto por lo que callar. Desde condenados como Velázquez, por motivos exclusivamente políticos, es verdad, que incluso forzaron una modificación de la legislación que si entonces hubiera estado en vigor quizás le hubieran salvado de la misma condena; hasta candidatos en prisión preventiva o imputados en presuntos graves delitos electorales y de falsedad documental, relacionados con el feo asunto de la compra del voto por correo en las Generales de 2008.
Se está ensuciando mucho esta campaña y se está tensando en extremo a costa de los dos grandes asuntos que el 'bloque' cree haber encontrado contra el PP, tal cual es el caso Mehamed o el protagonismo de Dudú en el renovado Partido de los Demócratas Melillenses.
La estrategia es clara: presentar a un PP corrompido, mientras se desvía la atención sobre las propias miserias de las candidaturas de PPL, PSOE y CpM. Lo que ocurre, guste o no, es que contra el PP sólo se arrojan presunciones, supuestas creencias en lo que Imbroda pudiera saber, cuando no gratuitas acusaciones en torno al PP y Dudú.
Empeñados en hacer de la política un escabroso escenario, silencian sus propias vergüenzas y aúnan sus voces triples contra una sola fuerza.
Este es el escenario y a partir de ahí los ciudadanos decidirán. Por supuesto, que sería reprobable que Imbroda hubiera mantenido a Mehamed en su Gobierno sabiendo de su condena, pero esto no se ha probado, por mucho que se empeñen en decir lo contrario Velázquez y Dionisio Muñoz, quien por demás confunde fechas, parece hablar de oídas del asunto y con tan poco conocimiento como empeño en el todo vale a costa de atacar furibundamente a su principal adversario.
Con esta campaña, que justamente empieza cuando esta noche den las cero horas de mañana viernes, lo mejor que puede pasar es que trascurra en un pispas y que, por fin, las urnas hablen.