En el tiempo de sosiego,
un mirar de atardeceres,
se alza desde la orilla...
con los párpados de ensueños,
como cadencias de rosas;
con las pestañas de versos,
como ritmos de mimosas.
En un rincón de aguacates,
en un punto de esmeraldas,
esperando está la noche...
con arrebatos de soles
como frutas escarlatas,
con esperanzas de lunas
como alboradas de plata.
En un momento redondo,
en el centro del espacio,
asoma la etereidad
con sonata de bolero,
como balada de invierno;
con los ojos entreabiertos,
como barca en varadero.