Después de un mes de junio que rompió con la tendencia de bajada del paro que había registrado la ciudad en mayo, los melillenses desayunamos ayer con la noticia de que los datos del desempleo de julio han descendido en España (y en Melilla) a un ritmo que no se veía desde el año 1997.
Estamos hablando de 272 desempleados menos en la ciudad (83.993 en el país). El dato local global (11.630), aunque no nos tiene contentos, no sólo se va alejando de la barrera psicológica de los 12.000 parados sino que se viene a acercando a los 11.500. La mejoría es visible y palpable.
A partir de aquí podemos estar de acuerdo con los sindicatos UGT y CCOO que defienden que el empleo que se está creando nace con la tara de la temporalidad de los Planes de Empleo.
Les dan la razón los hosteleros y comerciantes locales, que ayer confirmaron a este periódico que ninguno de estos dos sectores crea puestos de trabajo en verano porque, por desgracia para ellos, la ciudad se queda vacía.
Con la estampida de los veraneantes, Melilla cuenta sus días de este agosto que comienza con el sector servicios a medio gas.
La oposición hace su trabajo y no aplaude la bajada del paro registrada ayer. CpM, incluso, reclama un descenso de al menos un millar de desempleados en las listas del SEPE para tener algo que celebrar.
Pegas se pueden poner muchas. Con 11.630 parados, la cosa no está para lanzar cohetes, pero al César, lo que es del César. El paro ha bajado en julio en Melilla y eso es así salga el sol por donde salga.
Lo que no es de recibo es que con ese número abultado de parados que aún tenemos, haya colas en las oficinas del SEPE. Lo denunció ayer CpM y Esther Azancot lo matizó. Hoy por hoy no hay colas, pero haberlas, las hubo en abril.
Ya bastante tiene la gente con no tener trabajo como para guardar una fila a la venezolana frente a una oficina de Empleo de Melilla.
La recta final del año se presenta difícil. Una veintena de trabajadores de la empresa Proman llevan sin cobrar desde abril y no tienen esperanzas de ver un duro en agosto. No están en paro, pero... Su empresa está contratada por el Ministerio de Defensa al que ha vuelto a salirle un garbanzo negro, después de los recortes que llevó a cabo Catering Perea. De aquella historia la hemeroteca guarda las manifestaciones de trabajadores afiliados a UGT frente a la Comandancia Militar de Melilla.