De la violencia de género se sale, pero jamás permaneciendo en silencio".
Estas palabras las pronunció ayer el jurista Ignacio Ruiz Rodríguez, durante la presentación de su obra 'Francisca Pedraza, Mujer, Madre, Esposa...maltratada", que se celebró ayer en el Colegio de Abogados.
Su afirmación quedó avalada por la protagonista de su historia, Francisca Pedraza. Fue la primera mujer que consiguió ganar un pleito en 1624. Según Ruiz se trata de un relato escrito en letras de "discriminación y sometimiento", ya que en aquella época el tradicional papel de la mujer era el de un ser secundario y sometido al varón. "A lo largo de la historia las féminas siempre han sido consideradas inferiores", señaló. "Ilustres como Santo Tomás y Alfonso X afirmaba públicamente que la mujer era de peor condición que el hombre", continuó.
La protagonista de su obra, basada en hechos reales, quedó huérfana de padres, por lo que fue educada por las monjas complutenses, pasando así su infancia e inicio de adolescencia en un ambiente conventual.
Cuando contrajo matrimonio con Jerónimo de Jaras pensó que podía desarrollarse como mujer, madre y esposa. Sin embargo, golpes y continuas palizas se convirtieron muy pronto el eje vertebrador de aquel matrimonio. Su vida era según Ruiz, "un auténtico calvario".
Romper el silencio
Tras años de malos tratos, la víctima decidió un día poner fin a su suplicio, de una forma poco usual para aquella época. "Primero acudió a la justicia ordinaria, luego a la eclesiástica y, finalmente a la universitaria", explicó Ruiz.
Los profesionales de la justicia ordinaria le indicaron que no eran competentes para tratar asuntos que tenían que ver con vínculos tan sagrados como el del matrimonio, así que la remitieron a la justicia eclesiástica. "En una sentencia los eclesiásticos instaron a su marido que fuese "bueno, honesto y considerado con la demandante. Una medida con la que venían a decir péguele, pero no tanto", dijo el autor.
Según Ruiz, en el año 1622, el día en el que su marido le arrancó, a golpe de patadas en el vientre, su tercer hijo Francisca de Pedraza decidió llevar su caso a la jurisdicción universitaria.
Primera orden de alejamiento
Fue en la corte de justicia de la Universidad de Alcalá en donde vino a celebrarse el pleito de divorcio. "Tuvo la suerte de dar con una de las personalidades más ilustres de esa histórica Universidad: Álvaro de Ayala, el primer rector graduado en ambos derechos, canónico y privado", contó Ruiz.
"No era juez competente, pero en 1624 Ayala firmó su sentencia. Una sentencia ejemplar. Consiguió el divorcio y que se hiciese real una orden de alejamiento contra Jerónimo de Jaras", señaló.
Descubrimiento del caso
Que su caso fuese resuelto por un profesional de la universidad explica por qué Ruiz se topó hace 22 años con este caso. "Hice mi tesis sobre jurisdicción universitaria y buscando en el Archivo Histórico Nacional me encontré con este caso. Fueron 600 páginas que me leí en una tarde. La crudeza de la historia era tal que en un momento me di cuenta que estaba llorando", contó.
Condena a la violencia
Al acto de presentación acudieron el decano del Colegio de Abogados, Blas Jesús Imbroda, la viceconsejera de la Mujer, Isabel Moreno, y el comandante genera, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu. Imbroda dijo que esta conferencia estaba cerrada hace mucho tiempo, pero que "desgraciadamente este acto coincide con el episodio trágico vivió el pasado domingo, con el asesinato de Karla Pérez.
Por otra parte, Moreno explicó que desea que la historia de Francisca de Pedraza sirva como un mensaje positivo. "Espero que este relato sea un rayo de luz que anime a las víctimas a denunciar", afirmó la viceconsejera.