La contratación de seguros supone un importante gasto extra para las economías domésticas. Sin embargo, su coste puede ahorrar a las familias muchos problemas en caso de que ocurra algo inesperado: un accidente de circulación, una enfermedad grave o daños en la propia vivienda.
El Faro publica hoy datos de un informe elaborado por la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa). Según este estudio los hogares melillenses destinan una media del 2,8% de sus presupuestos a seguros. Sólo en Navarra los ciudadanos reservan menos dinero para estos fines. Nuestra ciudad se encuentra considerablemente por debajo de la media nacional, que se establece en el 3,6%.
En el análisis por el tipo de aseguramiento, queda claro que buena parte de los melillenses no estima importante la contratación de un seguro para sus automóviles. Lo mismo ocurre en Ceuta. En las dos ciudades autónomas, sólo un 70,59% de los vehículos están asegurados, lo que deja en casi un 30% la cantidad de propietarios de coches en circulación que se encontrarían en un apuro de sufrir algún percance al volante.
El porcentaje mencionado también está a una distancia considerable de la media del país, fijada en un 81,24% de automóviles con un seguro contratado.
En otro aspecto, los melillenses pasan de la cola a los puestos de cabeza. En concreto, en los seguros médicos. Un 27,3% de los residentes en esta ciudad dispone de un seguro privado para atender cualquier problema de salud que pueda surgir, lo que sitúa a Melilla como la sexta comunidad autónoma con más seguros sanitarios. La superan Madrid (33,1%), Ceuta (31,59%), Cataluña (30,59%), Baleares (30,26%) y el País Vasco (29,47%). No está de más destacar que la media nacional (19%) queda muy por detrás de la existente aquí.
Y de la cabeza, nuevamente a los puestos ‘de descenso’, esta vez en lo que se refiere a los seguros de hogar. En Melilla y Ceuta sólo un 48,74% de las viviendas cuentan con un seguro de hogar, porcentaje que se sitúa muy por debajo de la media registrada en toda España, que llega al 75,84%.
Como apuntábamos al principio, pagar un seguro supone un alto coste monetario. Así, quienes no disponen de suficientes medios -o quienes así lo deciden por razones que sólo a ellos atañe- optan por abonar los que creen que les pueden resultar más útiles. Sin embargo, los imprevistos podrían causarles problemas ante los cuales se encontrarían claramente indefensos.
Especialmente en temas de circulación de vehículos. No en vano, el año pasado aumentaron los accidentes de circulación en la ciudad, donde se dan no pocos episodios de conducción temeraria. Esa misma temeridad con la que obran quienes pagan un coche, pero no los riesgos que implica conducirlos.