Visita la ciudad para dar la charla ‘Un modelo de superación’, en la que relatará cómo ha salido adelante tras sufrir un atentado de ETA La cita, a las 20:00 en el Club Marítimo.
En 1991 un brutal atentado en Madrid de la banda terrorista ETA marcaba la vida de una niña de 12 años llamada Irene Villa. Su imagen con las dos piernas mutiladas conmocionó a la sociedad española. Veinticinco años después, Irene Villa es una periodista y escritora de éxito y un ejemplo de superación personal. Madre de dos hijos y con otro en camino, esta tarde (20:00 horas) dará una charla en el Real Club Marítimo de Melilla en la que contará su esfuerzo por salir adelante y superarse siempre a sí misma.
–La charla se titula 'Un modelo de superación'. ¿Va a centrarse en su caso personal o mencionará también otros ejemplos?
–Siempre me gusta poner más ejemplos porque creo firmemente que todos tenemos un gran potencial pero que a veces no sale hasta que la situación lo requiere. Mi madre y yo lo tuvimos que sacar a la fuerza. En mi caso ¡no tuve otra opción! Por supuesto que la constancia, la perseverancia, creer en uno mismo, no ver límites… ha sido también fundamental. Creo que si crees en ti y trabajas duro, no hay nada que el ser humano se proponga y no consiga.
–¿En qué modelos de superación se ha inspirado usted?
–La primera, mi madre, que faltándole un brazo y una pierna jamás tuvo un lamento, una queja, una mala cara. Todo lo contrario, todo es maravilloso a sus ojos y es la mujer más feliz del mundo. Y ahora, con casi seis nietos, ¡ni te cuento!
–Se acerca el Día Internacional de la Mujer. ¿Cuáles son a su juicio los retos pendientes para conseguir una auténtica igualdad de género?
–Es clave vencer al machismo. Se nos tacha de “sexo débil” y eso produce risa por estar tan lejos de la realidad. Las mujeres hemos demostrado una fortaleza mental más productiva y potente que la física. Pero, al margen de las diferencias, la superioridad no recae en un sexo, por fin tenemos los mismos derechos.
Sin embargo, hay algo esencial en lo que aún estamos en desventaja: las oportunidades. Por ejemplo, progresar en una empresa no está generalmente al mismo alcance para ambos sexos, como tampoco la igualdad salarial. Lo peor sigue siendo la violencia de género. La discriminación hacia la mujer en tantos rincones demanda valentía en nosotras, condena social, que se endurezcan las leyes y mayor protección. Todo, para poder llegar a algo tan justo, lógico y necesario como es la igualdad.
–Usted es madre de dos hijos y trabaja como periodista y conferenciante. ¿Cómo concilia la vida laboral con la familiar?
–Con la implicación total de mi marido (un gran paso para esa necesaria igualdad) y la ayuda de una madre que vive en la planta de arriba y a la que, aunque viaja mucho, le encanta quedarse con los niños si nosotros viajamos.
–Además ha escrito varios libros. ¿De dónde saca tiempo?
–Todo es cuestión de organizarse. La primera novela la escribí con mi hijo mayor dormido a mi lado y la segunda, estando embarazada. Ahora ciertamente no sé de dónde sacaría el tiempo, porque tenemos muchos compromisos y ¡con dos y, en breve, tres pequeños ¡ya se complica!
–También ha sido campeona de España de esquí adaptado. ¿Siempre busca retos de superación?
–Empecé a esquiar para demostrar a otras personas que tenían alguna discapacidad que se podía esquiar. Con lo que no contaba es con que iba a acabar enganchada a este deporte. Cuando empecé a competir en esquí adaptado me di cuenta de lo importante que es afrontar una carrera, no solo físicamente, si no también mentalmente.
La seguridad, la autoconfianza pero, sobre todo, manejar la presión psicológica, es el fuerte de cualquier competidor. Y eso es lo que también trato siempre de transmitir a mis compañeras de equipo. Y claro que busco retos, porque para mí la vida es justo eso, una lucha continua de desafíos en la que nunca se puede dejar de pedalear, porque si no, te caes.
–Ha pronunciado charlas anteriormente en Melilla ¿Qué le parece la ciudad?
–Quedé profundamente prendada de la ciudad y de su gente en uno de los primeros viajes tras el atentado en los que España entera nos ofrecía su respaldo y cariño. En Melilla esto se multiplicó, solo la bienvenida en el aeropuerto ya es algo que quedó grabado en mi corazón para siempre.
–Como víctima del terrorismo etarra, ¿qué opinión tiene de la reciente excarcelación de Arnaldo Otegi?
–Hace tiempo que dejé de opinar acerca del entorno etarra.
–¿Es posible perdonar a terroristas que han causado tanto dolor?
–Por supuesto. Creo además que es el único camino para la propia felicidad. Todos tenemos algo que perdonar en nuestro interior y, si no lo hacemos, eso nos limita de por vida. Mi madre y yo perdonamos para poder seguir viviendo, pero la Justicia debe hacer su papel, independientemente del perdón de la victima.