En el tercer juicio de la mañana de ayer en la Sala de lo Penal número 2 de Melilla se trató un robo con fuerza en las cosas, acabando con la petición por parte de la fiscal de un año de presidio para uno de los sospechosos del acto.
Eran tres los acusados de robar en un coche aparcado en el barrio Virgen de la Victoria, forzando supuestamente la puerta de adelante del automóvil para sustraer diversos objetos del interior del mismo. Esa misma noche fueron detenidos por la Policía con efectos que se encontraban en el interior del vehículo.
De los procesados, tan sólo acudió a la vista uno de los sospechosos, que actualmente cumple condena por otro delito en la cárcel de Melilla. Otro de los llamados a declarar, en el momento de su detención, alegó residir en el CETI, pero al ser llevada la citación al centro de extranjeros encontraron que el sujeto no se enhallaba residiendo allí.
El reo de la penitenciaria melillense, que acordó previamente con su abogado de oficio aceptar el año de pena que le iba a imponer el ministerio fiscal, en el momento de la declaración evitó afirmar en ningún momento que había sido él. Se limitó a repetir: “Si ustedes quieren, acepto el año que me ponen, pero yo no fui quien robó aquel coche”.
Según la declaración del único acusado compareciente “él no intentó la sustracción y ni tan siquiera conoce a los otros acusados”. Esgrimió que la Policía lo detuvo y lo llevo al coche para incriminarle. Sobre el destornillador que le sustrajeron los oficiales de guardia comentó que “no lo había usado, aunque era toxicómano y pretendía hacerlo en otro lado”. Pero insistió en no haberlo utilizado para aquel robo.
El Ministerio fiscal solicitó para este hombre una pena de un año de prisión, algo que aceptaron tanto el acusado como su abogado, pese a haber expresado en varias ocasiones que no se sentía culpable del robo a aquel vehículo.
Falsedad prescrita
En otra de las vistas celebradas ayer se procedió a la reapertura de un caso de falsedad documental contra Y.L., que tampoco había comparecido a la Sala de lo Penal de Melilla, pero la causa se clausuró por la prescripción de sus delitos, que databan de 2009.