A fuerza de temblar, la tierra ha templado la fortaleza de los melillenses, que ayer reaccionaron con muchísima serenidad pese a que la ciudad volvió a ser sacudida por un terremoto de 5.1 grados en la escala de Richter: superior incluso al que destrozó Lorca.
Aún está por comprobar si el temblor de ayer es una réplica del seísmo que nos asustó de verdad el pasado 25 de enero. Hasta tanto, los expertos se limitan a señalar que fue una sacudida 50 veces inferior a la de hace casi un mes, que marcó 6.3 grados en la escala de Richter y dejó daños valorados en casi 12 millones de euros.
Del terremoto de ayer tenemos dos familias desalojadas en la calle General Prim y otras dos en Sidi Abdelkader, en el centro. Por lo demás, las salidas de los Bomberos se limitaron a sanear fachadas, como la del Casino Militar o la de una guardería en Alfonso XIII.
Los melillenses vamos camino de convertirnos en ‘expertos’ en enfrentar adversidades. Si los milagros existen, esta ciudad es, desde luego, una plaza milagrosa.
Desde el 25 de enero pasado hemos sufrido un millar de réplicas y ninguna ha causado estragos. Entre otras cosas, porque nos han pillado con los deberes hechos.
Los Bomberos no han parado de trabajar desde el pasado 25 de enero. Las obras de apuntalamiento de los torreones de la Asamblea se han llevado a cabo con celeridad y eficacia. De lo contrario, ambos se habrían venido abajo con el terremoto de la madrugada de ayer.
Es lo que pasa cuando las cosas se hacen bien y, sobre todo, cuando toca hacerlas.
Este jueves acaba el plazo para que los melillenses, que han solicitado las ayudas que da el Gobierno para arreglar los desperfectos causados por el seísmo del 25-E, entreguen todos los documentos rellenados. El tiempo se nos echa encima y más de uno habrá dejado las cosas para última hora.
Todavía no hemos salido de un terremoto y tenemos otro. Esta vez, los vecinos de la ciudad no colapsaron las calles escapando a pasar la noche en descampados. La gente ha encarado el temblor con templanza y ha demostrado que se siente segura. Han ayudado a ello, la serenidad con que las autoridades informaron sobre los escasos daños causados por el fuerte temblor registrado, otra vez, en mitad de la noche.