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La comunidad islámica Al-Ihsan leyó ayer un manifiesto con motivo del Día mundial contra la islamofobia
Las denuncias por casos de islamofobia aumentaron un 70% en el año 2015. Así lo denunció ayer la comunidad islámica Al-Ihsan durante la lectura de un manifiesto, en la plaza Menéndez Pelayo, con motivo del Día Internacional de lucha contra la islamofobia.
Mimuntz Mohamed Hammu, presidenta de la entidad, alertó de que esa cifra ha podido aumentar en 2016, debido a la oleada de refugiados que tratan de buscar un país seguro. Lamenta que de que estas personas se conviertan en “dobles víctimas”. Por una parte, porque tengan que huir de una guerra y por otra, porque están siendo cuestionadas de forma alarmante por una serie de iniciativas políticas que segregan a los musulmanes del resto de la sociedad.
En este sentido, la presidenta de Al-Ihsan asegura que ha sido un cóctel fatal el que ha llevado a la islamofobia, aunque insiste en que gran parte de la responsabilidad la tienen “los políticos que no han sabido hacer bien su trabajo”.
Lamenta que el discurso xenófobo de algunos dirigentes en auge, que hacen de la islamofobia caladero de sus votos, cuestione a diario los más sagrados principios de convivencia “propios de una sociedad avanzada”. Mohamed cree que el recien elegido presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es uno de los “peores” exponentes. Hace uso de la islamofobia sin complejos y de forma explícita, pero el pueblo americano siempre ha sido fácil de manipular”, apuntó.
Pero de forma indirecta y no menos peligrosa, hay otro tipo de islamofobia que hace que se tambaleen los cimientos de un mundo integrador. Es una islamofobia de “tono sutil”, nunca proclamada de forma directa. Es en la que, según Mohamed, podría incurrir Melilla. “No podemos decir que en la ciudad exista una islamofobia visible, pero es cierto que las personas pueden tener ese sentimiento sin que nos enteremos, aunque de forma física no la hemos palpado”, indicó.
Confrontación
Para Mohamed, el terrorismo también ha contribuido a que el sentimiento de odio hacia la cultura musulmana aumente. “El desconocimiento y la ignorancia hace que esta lacra tome fuerza”, manifestó. El islam es un sistema de vida que se basa en el equilibrio, en el término medio, pero sobre todo en la paz. Los terroristas no representan el islam en absoluto”, continuó. Para dar sentido a sus palabras, Mohamed quiso compartir un valor fundamental de su religión: “Alá siempre es bello y ama a la belleza. Todo lo bello es de Alá y si algo es feo es porque nosotros lo hemos querido así”.
La presidenta de la comunidad Al Ihsan cree que la “permanente” confrontación de los musulmanes con el resto de la ciudadanía es una estrategia que responde que responde a “intereses geopolíticos”.
Así, apunta que convertir a los musulmanes en un grupo aislado, a la defensiva, es un “error interesado”. Lo que los musulmanes esperan de Europa es “un mundo mejor”. Mohamed recurre al ejemplo de Siria. Insiste en que los refugiados sirios buscan en Europa “alimento, libertad y justicia social”. Nada distinto de las demandas del europeo medio. “Siria era un país acogedor y creo que no volverá a levantarse hasta dentro de un par de décadas. Es lo más injusto que ha podido ocurrir”, dijo.
Manifiesto
Para concienciar y poner fin a la islamofobia, la asociación leyó un manifiesto en la Plaza Menéndez Pelayo mediante el cual reivindicó que “todos los partidos políticos pongan en marcha una ley orgánica de protección integral contra los delitos de odio”. “Necesitamos de un movimiento coordinado y fuerte que se oponga a la guerra, al racismo y que promueva la solidaridad con los refugiados. Un movimiento social que sea eficaz en la lucha contra el odio”, reclamaron.