El presidente del Melilla Baloncesto, Jaime Auday, el más longevo de la competición, mostró su satisfacción por el rendimiento de su club en las horas previas a la disputa de una final en la que el equipo optará al cuarto título de su historia a la búsqueda de un nuevo trofeo con el que reforzar su condición de ‘rey de Copas’.
Un título por el que pelearán en una final que afrontan de nuevo, según dijo, de una manera especial. “Esta final supone un premio para nuestros aficionados y para toda la ciudad. La Copa tiene un significado muy especial para el club y tras unas temporadas irregulares, este año hemos conseguido recuperar la ilusión de nuestra gente a través de una final que nos transmite que estamos haciendo muy bien las cosas. Ésta será la octava ocasión en la que disputemos esta competición y el poder optar a nuestro cuarto título es todo un orgullo, ya que es algo de lo que no puede presumir ningún otro club”.
Poder lucir ese cuarto título en las vitrinas del club lleva implícito
derrotar a un siempre complicado Quesos Cerrato Palencia.
El presidente del Decano es tan optimista para este choque como para el resto de la temporada. “Somos optimistas porque el rendimiento está siendo bueno. El equipo divierte a la afición y siempre da la cara en los partidos tras haber superado un inicio de liga en el que pagamos ser un equipo prácticamente nuevo en su totalidad. Ahora estamos a un nivel muy alto. Si nos hubieran dicho a principios de temporada que a estas alturas de competición íbamos a estar asentados en la segunda plaza, luchando por la primera, probablemente lo hubiéramos firmado”.
Aseguró que desde que llegó a la Presidencia “mi sueño es el de poder llevar al equipo lo más arriba posible y eso incluye la ACB. Estamos en la buena línea, pero aún queda una segunda vuelta completa e incluso un playoff que será muy duro”.
Pero antes de poder luchar por la promoción de categoría, los melillenses quieren soñar a través de un título copero para el que notan ya el aliento de sus aficionados. “Este año la afición ha vuelto a engancharse al equipo y eso se nota cada fin de semana en la asistencia de espectadores al Javier Imbroda. Han sido temporadas complicadas pero Melilla es una ciudad de baloncesto en la que no se habla de otra cosa que no sea la final desde el día que logramos la clasificación. Los aficionados y la ciudad deben estar, ahora más que nunca, con el equipo y mostrarle su apoyo, tan importante tanto para el club como para toda la Ciudad Autónoma de Melilla”.