El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, mostró ayer su rechazo al uso del burka calificándolo como “muy propio de la Edad Media” y abogó por su desaparición, siempre que se produzca “voluntariamente”.
“Sé que es un aspecto quizás exagerado de la religión y que es una minoría la que lo practica”, añadió, “pero hoy en día no es de recibo ver a una mujer vestida así en Europa, en Melilla, que es una ciudad de progreso, de libertad, de igualdad”.
A la finalización del acto institucional celebrado ayer con motivo del Día contra la Violencia de Género, Imbroda se refirió a la polémica suscitada estos días por el anuncio realizado por un colegio melillense que decretaba la prohibición de “entrar, permanecer o ser atendidas en el centro aquellas personas cuyo atuendo o indumentaria (velo integral, pasamontañas o casco integral) impida o dificulte la identificación y/o comunicación visual con las mismas”.
“Estamos ya en el siglo XXI y creo que esto no debería darse”, afirmó el presidente respecto al uso del velo integral. Dijo además que no está de acuerdo con que “una mujer se invisibilice”. “Es una persona. Que no se vea, que tengan que ir invisibles por las calles es muy propio de la Edad Media”.
Imbroda insistió en que “por respeto a la mujer, por su dignidad, mi forma de pensar es que no deberían ir así”.
El presidente se refirió también a la imposibilidad de identificar, por cuestiones de seguridad, a una persona que oculta su rostro. “Las razones de seguridad están apremiando muchísimo. Todos tenemos que saber con quién se está hablando. Entiendo que una institución pública, cualquier centro oficial, debe poder identificar a las personas. Desde este punto de vista, el espacio público deberíamos respetarlo”.
Por ello reiteró que el uso del burka “es un atraso, independientemente de que tengo que respetarlo porque cada cual es libre de hacer lo que quiera”. Imbroda se preguntó por las razones que llevan a una mujer a utilizarlo. “Habría que ver por qué se visten así, si tienen voluntad propia de hacerlo”, concluyó.El colegio niega que sea una medida religiosa
Álvaro González, presidente de la Cooperativa de Maestros de Melilla (Comamel) que gestiona el colegio Enrique Soler, aseguró ayer a este medio que las razones que ha tenido el centro para anunciar que no puede accederse a sus instalaciones con el rostro oculto son exclusivamente de “seguridad” y que responden además al cumplimiento de una Orden Ministerial de 2013.
“Esto sucede en muchos otros colegios públicos. No es una medida religiosa ni cultural”, explicó. González apeló también a cuestiones de educación de los familiares que acuden a recoger a sus hijos con prendas que mantienen su rostro oculto. No sólo burkas u otros velos, sino también pasamontañas, cascos de moto o, incluso, máscaras y disfraces en época de carnaval. “No podemos permitir que alguien se lleve a un niño”, expresó de manera contundente González, que reconoció que ése es un temor constante entre el profesorado de los más de 1.200 alumnos matriculados en el centro.
“No es por cosas de terrorismo, como están diciendo algunos, sino por cualquier otra cosa. El principal miedo es que un día alguien se lleve a un niño que no es suyo”. El presidente de Comamel explicó en este sentido que una de las principales fuentes de inseguridad se producen en el caso de padres divorciados. En muchas ocasiones, el colegio no tiene constancia de la separación y ello provoca situaciones comprometidas. Álvaro González insistió en que se trata de una cuestión de seguridad. Nadie ajeno a los centros educativos puede acceder a sus instalaciones, salvo los familiares debidamente identificados.
Además, no pueden deambular por cualquier parte del centro, sino que deben permanecer en los lugares habilitados para ello. Por este motivo, desde el centro se pide colaboración a los familiares para que no haya complicaciones a la hora de identificar a las personas que acudan a recoger a los alumnos, sobre todo de 3, 4 y 5 años. “Cada aula tiene 35 alumnos, como para que las maestras encima tengan problemas a la salida”, concluyó el presidente de Comamel.Calzado hace un llamamiento a la prudencia
El director provincial de Educación, José Manuel Calzado, hizo ayer un llamamiento a la prudencia a la hora de analizar este conflicto. “Se está haciendo una bola y se están aportando cosas negativas”, indicó. “Todos deberíamos ser más prudentes”.
Explicó además que los directores de los colegios reciben cada año una serie de instrucciones, entre las que se incluyen las relativas a la seguridad, emanadas de una normativa general. “No puede estar nadie en el centro, solo familiares identificados de alumnos. Y además deben esperar donde se les indique. Que miren en el diccionario de la RAE qué significa identificación”, propuso el director provincial de Educación. Respecto a la decisión adoptada por el Enrique Soler, Calzado dijo que, teniendo en cuenta el tipo de alumnado matriculado, no “deben darse muy a menudo situaciones de conflictividad”. “Por razones que desconozco, este colegio ha optado, no sé cuándo, por poner un cartel”.