La Guardia Civil consiguió bajar al menor ileso, tras pasar unos ocho minutos convenciéndole.
Sobre las 13:20 horas de ayer, un menor extranjero no acompañado (mena), que había esnifado pegamento de una bolsa de plástico, se subió a una caseta de piedra que alberga una instalación eléctrica. Ocurrió en la cuesta de la Florentina, frente a la garita de la Guardia Civil que se encuentra en la zona.
Según comentó a El Faro uno de los agentes que había presenciado los hechos, el niño escaló por la pared de piedra persiguiendo a un gato negro que subía por este muro. Una vez que llegó a situarse encima de la caseta, no pudo seguir escalando, y varios agentes de la Benemérita que acudieron al lugar de los hechos intentaron convencerle para que bajara.
En un principio, el menor insistía en que quería perseguir al gato, seguramente afectado por el pegamento que había esnifado de la bolsa de plástico que portaba consigo. Tras ocho minutos intentando comunicarse con él, los efectivos del Instituto Armaron lograron que el joven se dejara ayudar para bajarlo de este lugar.
Según el agente que explicó lo ocurrido a este periódico, otro de los efectivos de la Guardia Civil, que hablaba algo de tamazigh, consiguió hacerle entrar en razón para que descendiera de la caseta de electricidad.
Una vez que bajó, los agentes montaron al menor en uno de los vehículos y los transportaron al centro de menores de La Purísima, donde está acogido.