La especial configuración geográfica de Melilla “no facilita” la retirada de residuos tóxicos como el amianto, puesto que, al no existir un vertedero autorizado en territorio melillense, el transporte de estas sustancias a la península supone un sobrecoste para las arcas municipales.
Así lo explicó Gonzalo Zufía, presidente del Grupo de Trabajo Amianto (Comisión Nacional de Seguridad y Salud), que ayer acudió a la ciudad autónoma para participar en unas jornadas sobre prevención de riesgos laborles celebradas en el Club Marítimo de Melilla.
Zufía, que atendió a los medios antes de tomar parte en la ponencia, indicó que el contenido de las jornadas versaría sobre cuáles son los métodos de retirada del amianto y las medidas preventivas que se aplican desde que se inicia la desinstalación de los materiales hasta que se trasladan a vertederos.
Esta cuestión es precisamente la que, en lo que respecta a Melilla, dificulta el deshacerse de los residuos tóxicos. En tanto no haya un vertedero autorizado, el transporte a la península eleva el precio del proceso.
Entre estos materiales tóxicos se encuentran los que contienen fibrocementos (cubiertas onduladas de uralita, tuberías, canalones, jardineras..), pero también otros aislamientos en utensilios de calefacción o térmicos.
Por su parte, Rafael Alarcón, jefe del Gabinete de Prevención de Riesgos Laborales de la Ciudad, reconoció que la gestión de los residuos de amianto es una problemática “importante” para Melilla, de ahí que quisieran contar con un experto en la materia como Zufía. Asimismo, Alarcón señaló que el objetivo era acercar este asunto a los ciudadanos, tanto por la salud de los trabajadores, como por debatir acerca de la posibilidad de contar con “algún tipo de planta de transferencia para abaratar los costes de la retirada de estos resdiduos peligrosos”.
Alarcón explicó las medidas adoptadas en los edicios melillenses que contienen amianto: se tomaron muestras para comprobar si había y de qué tipo era, y anualmente se comprueba, de acuerdo a la legalidad vigente, si hay emisión de amianto al ambiente ,”que es lo que perjudicaría”. “No hay emisiones, y eso nos da una seguridad de que nuestros trabajadores no corren riesgos”. Además, los que están expuestos al material, reciben controles periódicos.