El eurodiputado de Podemos Miguel Urbán dice que las políticas del Gobierno están hacinando a refugiados en la ciudad.
El eurodiputado de Podemos, Miguel Urbán, visitó Melilla el pasado 5 de este mes para conocer la situación de los refugiados en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y en el paso fronterizo de Beni Enzar. La visita de los representantes de esta formación ha desembocado en preguntas en el Congreso y en el Parlamento Europeo.
–La semana pasada una asociación en favor de la seguridad privada pedía armar a los vigilantes del CETI, ¿qué le parece?
–Yo creo que lo que necesita el CETI no son más vigilantes, sino más abogados, psicólogos, médicos y sobre todo más medios. Lo que vimos y lo que decían las autoridades es que estaban superados. El centro tiene una ocupación tres veces por encima de los establecido. Por otro lado, hemos visto cómo el propio Gobierno reconocía que los Centros de Internamiento incumplen todas las normativas por el número de personas que acogen. Pero no supone un problema de seguridad. El problema es que no se cumplen las normativas de atención ni a inmigrantes ni a refugiados.
Eso es lo que habría que cambiar y no poner más armas o más seguridad privada dentro del CETI.
–¿Qué solución le daría su formación a la situación de los centros de estancia de inmigrantes?
–Nosotros lo hemos dicho claramente. En el caso de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), cerrarlos porque no respetan los derechos humanos más básicos. Lo que proponemos es que haya centros de acogida a inmigrantes y a refugiados. Para ello hay que dotar de más fondos esta cuestión. Hay fondos europeos que se están utilizando ahora mismo en construir vallas más altas y lo que necesitamos es que la mayoría de ellos vayan a la acogida y a dotar adecuadamente estos centros. Lo que pedimos es que se cumpla la Ley. No estamos pidiendo nada revolucionario, pedimos que en el caso de los CETI se cumpla la Ley.
–¿Cómo lo haría su partido para evitar que los CETI estén sobreocupados?
–Lo primero que pensamos es que Melilla y Ceuta no tienen que cargar con la presión migratoria del conjunto de la península. Un refugiado sirio nos decía, lamentablemente, que el CETI de Melilla parecía el Guantánamo español. Yo creo que esto no lo merecen ni los ceutíes ni los melillenses ni los refugiados. Yo creo que Melilla no se puede convertir en un CETI en sí mismo. Tenemos que trasladar a los refugiados e inmigrantes a la península, donde hay más medios, para poder cumplir con la normativa de acogida, que es lo que estamos planteando a nivel de España y de Europa.
–Hace dos semanas la Izquierda Plural presentó en el Congreso la propuesta de trasladar de forma urgente a 1.500 sirios de los CETI de Melilla y Ceuta. El PP votó en contra de esta propuesta y no salió adelante. Según el delegado del Gobierno de la ciudad se debe a que rompe la normativa de asilo y puede incurrir en un riesgo a la seguridad. ¿Podemos habría apoyado la propuesta?
–La habríamos apoyado sin duda. El PP lo que quiere es que Melilla y Ceuta se conviertan en un CETI en su conjunto. Eso es intolerable para los ciudadanos de ambas ciudades y para los refugiados. Cuando hablan de un problema de seguridad están incurriendo en un problema muy peligroso de xenofobia política y de islamofobia, que yo creo que habría que erradicar de las declaraciones políticas. Es algo en lo que Maroto, del PP, incurrió y tuvo que pedir disculpas.
–Si no me equivoco el propio ministro del Interior y el arzobispo de Valencia también hicieron declaraciones en este sentido.
–El arzobispo de Valencia lo que ha hecho es contradecir las palabras del Papa. Es algo que creo que se tendría que hacer mirar porque las declaraciones del Papa Francisco van totalmente en la dirección contraria a las de Antonio Cañizares, el arzobispo de Valencia. Las declaraciones del arzobispo se alinean con la extrema derecha europea, porque en el Parlamento Europeo escuchamos unas palabras que van totalmente en la línea del arzobispo de Valencia y del ministro del Interior.
Últimamente estamos mirando mucho a Hungría y Orbán, primer ministro húngaro, nos pone como ejemplo de políticas migratorias. De hecho la embajadora húngara estuvo visitando Ceuta hace no mucho y puso a España de ejemplo.
–Hablando del Parlamento Europeo, Marine Le Pen, eurodiputada del partido francés Frente Nacional, ¿defiende la política migratoria española?
–Le Pen no defiende nada muy diferente de lo que hace España en política migratoria. Yo creo que estamos viviendo una ‘lepenización’ de los espíritus de gran parte de los responsables públicos europeos de la derecha y de la mal llamada socialdemocracia europea. Si alguien me preguntara cuál es la mayor victoria de Le Pen en Francia yo diría Manuel Valls (primer ministro socialista francés), porque lleva la misma política sobre los romaníes que lleva Le Pen. Hay que recordar que Hollande (presidente de Francia), hace cuatro meses habló de bombardear barcos en Libia para que no llegaran inmigrantes a las costas italianas. Si esto lo hubiera dicho Le Pen nos habríamos llevado las manos a la cabeza. Por tanto creo que son peligrosas las declaraciones que se están haciendo por parte del Partido Popular Europeo sobre migración, ya que varios dirigentes de esta formación a no quieren recibir inmigración musulmana, lo que rompe los principios de no discriminación.
–Algunas ONGs han hablado de connivencia entre España y Marruecos para frenar la entrada de refugiados en Melilla. Dicen que provoca que haya mafias que se lucren de la necesidad. Tras su visita a Melilla y al paso de Beni Enzar, ¿tiene la misma opinión?
–Todo el mundo sabe que la UE está externalizando sus fronteras. Está pagando a terceros países para que hagan de Policía de nuestras fronteras. Marruecos es un caso clarísimo, ya que hay una connivencia clarísima con el Gobierno marroquí para que controlen nuestras fronteras. A cambio de eso nosotros no preguntamos sobre el Sahara Occidental, nos olvidamos de cuestiones fundamentales sobre derechos humanos en Marruecos y acordamos lucrativos negocios para el Gobierno marroquí, que no es lo mismo que el pueblo de Marruecos.
Es evidente que el Gobierno de Marruecos usa la inmigración como un chantaje claro hacia España y la UE. También están saliendo datos de cómo se pagaba al régimen de Gadafi para que controlara la inmigración en Libia.
Esta situación provoca que las mafias se lucren. En Melilla estamos viendo cómo entran sirios haciéndose pasar por marroquíes. La mejor forma de acabar con las mafias es asegurar pasos legales para los refugiados. Es cumplir la Ley. Que puedan ir al consulado de Nador a pedir reagrupación familiar o estatuto de asilo. Ésa es la mejor forma de combatir a las mafias, y no que Marruecos controles el flujo migratorio y deje pasar entre 40 y 50 refugiados al día a Melilla.
–¿Que diría entonces que falla en esta ecuación?
–Es un conjunto de cosas. No podemos decir que España no esté preparada para acoger a refugiados. El Líbano, un país con 4 millones de habitantes, está recibiendo 1,2 millones de sirios y Europa no ha llegado a más de 350.000 y somos más de 300 millones de personas y con una renta per cápita mucho mayor. Hay una clara falta de voluntad política, lo que repercute en la falta de presupuesto y hace que al final no se cumpla ni la Ley ni los acuerdos internacionales firmados. Eso no sólo se ve en Hungría, sino que se ve en Melilla y Ceuta, donde vemos CETIs sobreocupados.
Los estatutos sobre refugiados dicen que tienen que tener atención psicológica y que los niños tienen que tener esta atención particular. ¿Cómo se explica entonces que haya una sola psicóloga para todo el CETI de Melilla?
También hay que ver cómo al no abrir pasos legales para los refugiados desde nuestros consulados cercanos a Melilla, como el de Nador, hacemos que la forma para que los refugiados puedan entrar en España sea pagando a una mafia. Hay que establecer mecanismos seguros para que los refugiados puedan llegar a España o al país de la UE que elijan. En este sentido, durante nuestra visita, al preguntar a los policías de Melilla si estaban aplicando el Tratado de Dublín (que dice que un refugiado debe pedir asilo en el primer país de la UE al que llega), no conocían el protocolo de Dublín. Cuando les explicamos lo que era, dijeron que sí que se estaba cumpliendo. Y les dijimos que el Gobierno había establecido la suspensión temporal del Tratado de Dublín ante la presión Alemana. Les preguntamos si entonces lo aplicaban o no, y no supieron responder. Tampoco hay seguridad laboral. Los policías no toman medidas sanitarias.
–Por lo que comenta, detectan una falta de aplicación de la legislación por varios puntos.
–Claro. Desde los riesgos laborales del personal del CETI y de la Policía hasta los derechos de los refugiados. Al final quien lo paga son los de siempre. Los habitantes de Melilla y los refugiados.
–¿Qué haría Podemos con la valla y la concertina?
–La concertina quitarla, adiós.
–¿Y la valla?
–Con la valla lo que hay que hacer es cumplir la Ley. A día de hoy no estamos en disposición de decir “no hay fronteras”. Lo que hay que hacer es cumplir la Ley, tanto en temas migratorios como en temas de refugiados y atajar las causas que promueven los movimientos migratorios. Causas generadas por las políticas de nuestros gobiernos y empresas. Si hacemos eso la gente no querría salir fuera y, si lo hace, sería de turismo.