Los primeros pasos de Daniel Ventura tras su llegada al Gobierno de Juan José Imbroda indican que el relevo en la Consejería de Bienestar Social no se limita a un mero cambio de nombres.
Las diferencias son evidentes, al menos en el asunto referente a los menores extranjeros no acompañados (menas) que deambulan por la ciudad, que no desean permanecer en el centro de La Purísima y que buscan llegar de cualquier forma a la península viajando como polizones en los barcos que unen Melilla con Málaga, Motril o Almería.
Hasta ahora la solución al problema de los menas en nuestra ciudad se limitaba a periódicas redadas de los agentes de la Guardia Civil, como la llevada a cabo este miércoles. Éstas, como es lógico, continuarán llevándose a cabo, pero ahora el máximo responsable de la Consejería de Bienestar Social también se va a preocupar de ver qué ocurre en el centro donde deberían estar acogidos estos menores, de plantear medidas a los problemas que se pueda encontrar allí y de potenciar la labor de los educadores.
Así lo explica hoy Daniel Ventura en El Faro de Melilla. Además, en una muestra más de sensatez del nuevo consejero de Bienestar Social, pretende contar con la opinión de ONGs, de distintos organismos y de los cargos con responsabilidad en este asunto. Escuchará sus sugerencias y tendrá en cuenta sus críticas.
Puede resultar extraño el elogio a un cargo público por el mero hecho de expresar su intención de tratar de buscar realmente soluciones a los asuntos que entran dentro de su competencia, pero hasta la fecha Bienestar Social no había demostrado que esa fuera su actitud en relación al problema de los menas. Con Ventura parece abrirse una nueva etapa en la Consejería. Intentará mejorar la labor que realizan los profesionales de La Purísima, como es su obligación. Para ello, está abierto a escuchar las opiniones, sugerencias y críticas de todas las partes que tienen algo que decir sobre este asunto. Con ello demuestra un cambio de talante y la imprescindible perspicacia política ya que si fracasa en este objetivo, aunque no pueda eludir su responsabilidad, al menos sí podrá decir que tuvo en cuenta a todos y trató de ofrecer soluciones teniendo en cuenta más o menos sus planteamientos.
Cuando llegue el final de su etapa en la Consejería de Bienestar Social, será momento de ver si el elogio a Daniel Ventura merece ir más allá de su preocupación por tratar de solucionar el asunto de los menas en Melilla. De momento, el nuevo consejero ya cuenta con el reconocimiento por su compromiso de intentarlo. Sin duda, a parte de los niños y adolescentes extranjeros que deambulan por nuestra ciudad, unos de los agradecimientos más sinceros le llegará de los agentes de la Guardia Civil, hartos de que los mandos de la Comandancia en Melilla insistan en llevar a cabo redadas como la del miércoles, totalmente inútiles por sí solas.