La tercera jornada de este evento juvenil tuvo como protagonista de la primera prueba a los comercios del centro, que escondían tarjetas con retos l La playa de Los Cárabos fue el escenario de las actividades de la tarde.
Por tercer día consecutivo, la mayoría de los participantes de la edición de este año de La Gran Movida, se despertaron pensando en la prueba matutina. Como cada mañana, de forma casi inesperada, estos jóvenes fueron citados a las 11:00 horas en la Plaza de España, con la directriz de que llevaran atuendos de pirata. Allí comenzó para los doce grupos de ocho personas una jornada intensa y llena de emoción y pruebas por delante. Así pues, los miembros de estos equipos se pusieron en marcha y construyeron, con la ayuda de cartones, trapos y demás elementos decorativos, una estructura similar a un barco pirata, en la que los ocho miembros de cada grupo se metieron para lanzarse a recorrer las calles del centro de la ciudad. Los comerciantes fueron los otros protagonistas de la mañana, puesto que, sin ningún tipo de indicación previa, los jóvenes debían preguntar en las tiendas si había alguna pista para ellos. La dificultad estaba, sin embargo, en que en cada tienda había once tarjetas, por lo que siempre había un grupo que se quedaba sin prueba. Estos retos iban desde hacer una buena acción y grabarla con el teléfono móvil para dejar constancia o en fotografiarse con el smartphone en algún punto concreto de la ciudad. Así pues, estos jóvenes recorrieron el centro urbano para sorpresa de los que por allí caminaban, que preguntaban sorprendidos que a qué jugaban y para sobresalto de los comerciantes que no formaban parte de la prueba, que no comprendían por qué grupos de piratas con cartones entraban en sus comercios preguntando por pistas. Sesión de tarde “¿Te apellidas García?”. Esta fue una de las frases más escuchadas en el Paseo Marítimo de la ciudad ayer por la tarde, puesto que los participantes en La Gran Movida fueron citados a las 17:00 horas en la playa de Los Cárabos para superar diferentes pruebas. La primera de ellas consistía en encontrar a seis personas que se apellidasen García para llevarlas al punto de encuentro con los monitores. Una vez logrado este complejo reto, los responsables controlaban los documentos de identidad para ver si realmente se apellidaban García. Una vez pasado este control, los seleccionados tenían que bailar ‘El baile del tallarín’ mientras eran grabados con el teléfono móvil. A este peculiar reto le siguieron otros de diferente dificultad, que los miembros de los grupos sabían una vez terminado el anterior. Entre ellos estaban correr hasta la playa de La Hípica para contar las sombrillas y hallar el número exacto o realizar juegos de destreza.