Alrededor de 150 niños procesionaron ayer por las calles del centro de Melilla precediendo a la figura del Santísimo bajo palio l En las diversas paradas, durante el recorrido, el vicario pidió por la paz en la ciudad y por el mantenimiento de la multiculturalidad.
Alrededor de 150 niños de entre 9 y 10 años se dieron cita ayer en la iglesia del Sagrado Corazón de Melilla para participar en la misa y procesión del Corpus Christi. Se trata de los pequeños que, durante el mes de mayo, han hecho la Primera Comunión en la ciudad, por lo que volvieron a vestirse con sus mejores galas de esta celebración. Como es habitual, en cada una de las paradas que se realizaron durante el recorrido el vicario episcopal de Melilla, Roberto Rojo, pidió a Dios por diversas cuestiones. Este año, la reciente celebración del Día de las Fuerzas Armadas (DIFAS), las elecciones del pasado 24 de mayo y la formación de nuevo Gobierno local y la armonía cultural, centraron las peticiones del religioso en la jornada de ayer.
La misa a la que acudieron los jóvenes que han recibido su primera eucaristía este año comenzó a las 19:00 horas en la céntrica parroquia del Sagrado Corazón. Allí, cientos de melillenses llenaron el templo, mientras que los pequeños vestidos con sus trajes de comunión seguían la ceremonia a un lado de la iglesia. La misa finalizó con la entrega de varios dones, como donativos, que irán destinados a Cáritas, dos cirios, una ofrenda floral y, finalmente, el pan y el vino.
Procesión
Sobre las 20:00 horas de la tarde comenzó la procesión de los 150 niños, que precedieron al Santísimo bajo palio. El recorrido de este año hizo que los participantes pasaran por calle Castelar, donde hicieron la primera parada en el Centro Hijos de Melilla, que tenía preparado un altar para la ocasión.
En este alto en el camino, Rojo pidió por los no creyentes. El vicario pidió a los que sí tienen fe que acojan a estas personas, “a todos sin distinción”, incluso a aquéllos que “insultan y desprecian” a Dios, y compartan con ellos lo que el Señor significa en sus vidas.
Avenida
Tras pasar por la calle Castelar, la procesión se dirigió hacia la Avenida Juan Carlos I Rey, donde los numerosos participantes llenaron la calle principal de la ciudad. Los niños avanzaban mientras lanzaban pétalos de rosas para anunciar el avance del Santísimo, que se movía al ritmo de la banda de música.
Al llegar a la plaza Menéndez Pelayo, tuvo lugar la segunda parada en un altar preparado para la ocasión. Allí, el vicario se acordó de los menos favorecidos económicamente y abogó por la solidaridad y la generosidad para ayudarlos.
Tercera parada y regreso
La tercera parada tuvo lugar en la Plaza de España, donde Rojo quiso acordarse de aquellas buenas personas que no son creyentes por “ir a sus cosas”. Además, pidió por el resto de las congregaciones religiosas de la ciudad.
Al regreso a la parroquia del Sagrado Corazón, el vicario deseó que el nuevo Gobierno que está por formarse en la ciudad traiga “lo mejor para Melilla” y que conserve la armonía entre las culturas que se da en la ciudad. Además, Rojo se acordó de las Fuerzas Armadas y de su labor en la sociedad.