El acusado no se presentó al juicio, pero los policías locales que le detuvieron en noviembre de 2009 aún recuerdan cómo éste les agredió durante el arresto y tras una espectacular y peligrosa persecución en las inmediaciones del polígono del SEPES.
Los agentes explicaron que en la noche del 6 de noviembre observaron a dos personas que viajaban en un turismo por la calle del Paseo de las Conchas a una “velocidad inadecuada y sin las luces encendidas”. Indicaron al conductor del vehículo que se parara para proceder a su identificación, pero éste inicio una rápida huida que terminó varias calles más adelante.
Cada uno de los ocupantes huyó a la carrera en diferentes direcciones. Uno de los policías salió detrás del conductor hasta que lo interceptó en la calle Aragón. Necesitó de la asistencia de su compañero y de otras patrullas para poder detener al conductor, tras varias patadas, puñetazos y empujones. Una vez arrestado, los agentes se percataron de que el joven estaba bajo los efectos del alcohol. El joven se negó en varias ocasiones a realizar el test de alcoholemia. Además, en Comisaría comprobaron que carecía de permiso de conducir.