Expertos españoles advirtieron ayer en Rabat de que el futuro del yihadismo no se juega sólo en Irak y Siria, sino también en una zona vital para la Europa del sur como es Libia, un país sometido ahora a un estado de caos casi total.
En una conferencia organizada por la Fundación Olof Palme en Rabat, ante la imposibilidad de hacerlo en la misma Libia, los expertos coincidieron en el peligro que representa la combinación de un “estado fallido” con la entrada en juego del llamado Estado Islámico (EI) que ha proclamado un “emirato” en la región libia de Derna.
El general Miguel Ángel Ballesteros, director de Instituto Español de Estudios Estratégicos, ligado al Ministerio de Defensa, recalcó la débil estructura estatal que existió en tiempos de Gadafi, quien se dedicó a ahondar las continuas rivalidades tribales, que ayudan a entender el escaso sentimiento nacional que ha sobrevivido al régimen. Para Ballesteros, cualquier solución que se evoque para Libia debe pasar por un desarme incentivado de las milicias (“dinero por armas”, como se hizo en Centroamérica, apuntó) y la formación de un gobierno de unidad, y en caso de pensarse en una intervención militar, debe ser fundamentalmente de países árabes, evitando toda noción de injerencia occidental.
Por su parte, Fernando Reinares, investigador principal del Real Instituto Elcano para yihadismo y terrorismo, recordó que desde hace ya tres años Libia es “una nueva Somalia”, con la particularidad de que está mucho más cerca de Europa. Sin embargo, no vio cercana la posibilidad de que la UE (y aun menos Italia por sí sola, como antigua potencia colonial y más directamente amenazada por el caos libio) abandere una intervención en Libia, entre otras cosas porque no existe un gobierno de amplia base que así lo solicite, como sucedió por ejemplo en Mali.