Señalan que el centro presenta grietas y goteras, así como celdas con hasta tres presos.
Instalaciones obsoletas, celdas saturadas y reclusos peligrosos. Este es el panorama con el que se encuentran todos los días los funcionarios del Centro Penitenciario de Melilla, según informaron en la jornada de ayer a El Faro fuentes del sindicato Acaip.
La cárcel de nuestra ciudad ha sido noticia en los últimos días y no precisamente de forma positiva. En primera lugar, se produjo la agresión de un recluso a un trabajador del centro , según denunció Acaip. A ello hay que sumar el último informe del Defensor del Pueblo, que indica que en el Centro Penitenciario de Melilla tiene celdas con hasta tres internos, una situación que solamente se da en otras dos cárceles españolas.
Los delegados de Acaip lo tienen claro: “Cuando hicimos las oposiciones, sabíamos que nos íbamos a enfrentar a situaciones complicadas en nuestro trabajo, pero muchos de los problemas con los que nos encontramos a diario, se podrían evitar”.
Así, recalcaron que el actual inmueble de la cárcel se ha quedado bastante obsoleto, pues presenta “multitud de carencias”, tales como grietas y goteras. Eso sí, se mostraron conscientes de que la mala situación económica que ha atravesado el país en los últimos años ha imposibilitado llevar a cabo mejoras profundas en este terreno.
En cuanto a la saturación de las celdas, recalcaron que han llegado a estar peor. “No se puede hablar de hacinamiento, como sí ha ocurrido en otras ocasiones”, apuntaron.
Tal y como indica el último informe del Defensor del Pueblo, los responsables de Acaip confirmaron que hay celdas con hasta tres reclusos. Esto dificulta que en algunas ocasiones se pueda separar a aquellos internos con problemas psicológicos del resto de reos, según explicaron. “Los que suponen casos muy extremos están en el módulo de enfermería, pero éste apenas cuenta con veinte plazas, algunas de las cuales estás ocupadas por personas con alguna discapacidad física”, explicaron.
Actualmente, en el centro hay entre 280 y 300 presos, una cifra sensiblemente más baja a la de hace unos meses, pero aún por encima de la capacidad máxima de este inmueble. “No queremos crear alarma social porque la cárcel es la cárcel, pero semanalmente nos enfrentamos a situaciones difíciles. Hay internos violentos y suele haber peleas y escenas de tensión”, añadieron desde Acaip.