EL consejero de Fomento, Miguel Marín, aseguró ayer a El Faro que su departamento tiene la intención de estudiar con la Consejería de Seguridad Ciudadana las ventajas de colocar un badén en la curva del Paseo Marítimo con la Plaza Adolfo Suárez, donde en los últimos dos meses ha habido dos accidentes de tráfico aparatosos.
En esta ocasión, Marín ha afirmado además, que los vecinos de la zona no tienen que enviarle un escrito solicitando la instalación del paso de cebra elevado porque desde el Gobierno han tomado buena nota de los ocurrido en esa curva, donde los conductores que pisan el acelerador terminan empotrándose contra farolas o palmeras.
La colocación de badenes es una vieja reivindicación de los vecinos del barrio del Real que, como los del Paseo Marítimo, son víctimas del incivismo de los ‘fitipaldis’.
Justo la semana pasada el consejero Marín anunciaba la colocación de los también conocidos como ‘lomos de asnos’ en las calles Mar Chica y Jiménez Iglesias, donde los ‘dormilones’ han terminado por añadir al problema de la velocidad, el del ruido.
Los conductores no aminoran la marcha y pasan los ‘dormilones’ a velocidad de vértigo, generando un ruido espantoso para los vecinos que viven a pie de calle.
Lo del exceso de velocidad en Melilla no es ni medianamente normal. Muchas ciudades han puesto remedio a esta situación colocando cámaras en los semáforos e incluso contratando el servicio de empresas externas como el ‘multacar’, una especie de furgoneta con cámara incluida que toma fotos de coches mal aparcados o sobrepasando los límites de velocidad.
La práctica ha demostrado que tanto los semáforos con cámaras como los ‘multacar’ no son exclusivamente instrumentos de recaudación. Multar, multan, pero con el tiempo terminan disuadiendo a los conductores incívicos.
Quizás Melilla debería toma nota porque la solución, en cualquier caso, no puede pasar por mirar para otro lado.
La idea de colocar badenes más que nada es para evitar que uno de esos coches que coge velocidades de vértigo en la curva del Paseo Marítimo no termine llevándose por delante a un peatón.
Estamos en precampaña electoral y a nadie se le escapa que no es el momento de tomar decisiones que afecten al bolsillo del contribuyente. Pero una vez pasados los comicios de mayo, habría que empezar a trabajar para hacer que las calles de nuestra ciudad sean seguras para conductores y peatones. Esto no puede ser un circuito de Fórmula 1.