El cronista oficial, Antonio Bravo, destaca los puntos fuertes de la ciudad en su candidatura: Melilla La Vieja y el Ensanche Modernista.
El cronista oficial de la ciudad, Antonio Bravo, valoró ayer la iniciativa del Pleno de la Asamblea en cuanto al apoyo que tendrá para la candidatura de Melilla a Patrimonio de la Humanidad. En declaraciones a El Faro, Bravo señaló que la consecución de este objetivo no es un camino fácil, pues en los últimos años se ha convertido en un proceso “complejo”, pero no por ello imposible. Melilla tiene posibilidades si se tiene en cuenta el patrimonio melillense a poner en valor. Para el cronista oficial los puntos fuertes de la candidatura de la ciudad son Melilla La Vieja y el Ensanche Modernista.
Optar a ser una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad es “un tema importante como cualquiera puede saber”. Por tanto, todo lo que sea apoyar este objetivo juega a favor. “Es empezar a construir”, recalcó.
Los puntos fuertes por los que apuesta Bravo, el Pueblo y el legado modernista en el casco urbano de Melilla no son los únicos ‘ases’ que la candidatura melillense guarda en la manga. El modelo de convivencia multicultural es también un patrimonio inmaterial y uno de los factores que se valoran e influyen a la hora de lograr la declaración de Patrimonio de la Humanidad.
El pasado junio la Consejería de Cultura organizó una jornada sobre esta materia en la que se contó con la experiencia de otras ciudades Patrimonio de la Humanidad, como Alcalá de Henares, y representantes de diversas instituciones. En esta jornada Bravo ya explicó la complejidad de presentar la candidatura y el “largo” camino para conseguir este reconocimiento dado que, con el tiempo, “este concepto (Patrimonio de la Humanidad) se ha ampliado a otras facetas como la cultural y la medio ambiental”.
“Ahora el concepto es más amplio y por eso es más difícil conseguirlo. Supone muchísimo trabajo y esfuerzo”, sostuvo Bravo.
En la misma jornada participó la presidenta del Icomos en España, María Rosa Suárez–Inclán, quien ya vaticinó que Melilla no podría conseguir ser Patrimonio de la Humanidad antes de cuatro años, pues hay otras ciudades y España solamente puede presentar una candidata por año.
Es por ello que la vicepresidenta primera de la Asamblea, Cristina Rivas, coge las riendas de este proyecto melillense aún cuando el camino es “largo y complejo”, la ciudad tiene posibilidades de conseguirlo. El grupo de trabajo que coordinará Rivas deberá emplearse a fondo en mejorar la conservación y gestión del patrimonio cultural melillense, pues son los primeros criterios que Patrimonio valora de cada candidatura.