El director provincial de Educación, José Manuel Calzado, pretende poner en marcha el próximo curso tres nuevas aulas de Educación Infantil, un nuevo ciclo de Formación Profesional y también habrá más clases para niños de Educación Especial.
A simple vista, son proyecto encomiables porque en apariencia servirán para mejorar la oferta educativa en nuestra ciudad, que en esta área sufre carencias de todo tipo. Sin embargo, si analizamos con más detalle los planes de Calzado y damos credibilidad a las críticas del sindicato SATE-STEs, vemos que sólo se trata otro plan más producto de las políticas que se vienen aplicando desde el Ministerio en los últimos años: Madrid no tiene planificado un incremento de recursos ni de la plantilla de docentes. En consecuencia, para poner en marcha los nuevos proyectos de Calzado hará falta abandonar otros o debilitar los recursos en otros planes. En definitiva, la política de hacer más con menos va a tener como consecuencia una merma en la calidad, lo que es un asunto a tener seriamente en cuenta cuando hablamos de Educación.
En la edición de ayer de El Faro de Melilla explicábamos que el director territorial del Ingesa, Francisco Robles, optaba por esconderse tras las encuestas para no afrontar la realidad de la Sanidad pública en Melilla y, concretamente, las carencias en el Servicio de Urgencias del Comarcal. Un reproche similar se puede hacer a los responsables del Ministerio en el asunto de la Educación. Sin embargo, en este caso, para más inri, no les cuadran ni sus propios números. Mientras que los informes que manejan los colaboradores del ministro José Ignacio Wert en Madrid aseguran que el curso pasado hubo en Melilla 44 docentes más que en el anterior, su colaborador en Melilla, el director provincial de Educación, José Manuel Calzado, asegura que no hubo ningún aumento de profesores. Esa confusión no tendría más importancia que la de una simple anécdota a no ser porque muchos de esos documentos sirven para diseñar las políticas de los próximos años. No obstante, más allá de aclarar quién es el que tiene razón, lo verdaderamente importante sería que en Madrid y Melilla reconocieran las carencias educativas que sufre nuestra ciudad y acordaran de manera sincera ponerles solución de una vez por todas.