La historia de Hosain es la de la tragedia. Lleva 32 años luchando porque, sencillamente, se haga justicia. Durante todo este tiempo ha recibido compromisos, le han atendido dirigentes políticos de toda clase, se le ha dicho que se le iba a ayudar porque tenía derecho a ello. Eran mentiras.
A Hosain, el ahora hombre que con once años sufrió graves lesiones físicas tras una descarga de más de 15.000 voltios en una torre de alta tensión, le han engañado durante toda su vida. Él es el niño milagro que protagonizó la portada de este medio decano después de que salvara la vida tras permanecer más de dos horas sin que nadie le rescatara. Hosain sufrió esa descarga en una procesión de Viernes Santo y nadie fue en su ayuda hasta pasado ese tiempo. La tragedia estaba escrita y le tocó protagonizarla a este ceutí, casado y con cinco hijos, que pese a dar a conocer su historia por todos los medios de comunicación y ante todas las instancias sociales y políticas posibles, nadie le ha ayudado. Ahora Hosain ha decidido declararse en huelga de hambre y al igual que hacen los sirios, ha echado mano de una tienda de campaña y avisa de que no se moverá hasta que, esta vez sí, se le atienda pero sin engaños. Porque Hosain está cansado de que le engañen, está harto de que anteriores delegados del Gobierno se hayan comprometido a estudiar su caso, no quiere que vuelvan a jugar con él. A este hombre nunca le indemnizaron, nunca le atendieron, nadie se interesó por su historia. Así que después de una tragedia sufrida por quien era un niño que solo acudió a coger una pelota que había quedado atrapada en un poste que carecía de protección alguna, nadie ha asumido la responsabilidad debida. No hay derecho. Hosain no puede permanecer un día más sin ser atendido, sin que la Administración haga justicia y resuelva un drama que arrastra ya 32 años de vergüenza.