Un testigo acudió al juicio para autoinculparse, pero su testimonio no convenció al juez y fue detenido.
Un transportista marroquí ha sido condenado a 3 años y 3 meses de prisión y a una multa de 20.000 euros por llevar cerca de 6,5 kilos de hachís ocultos en el árbol de transmisión de su furgoneta, con la que pretendía embarcar en la Estación Marítima de Melilla rumbo a Motril. En el juicio, un testigo insistió en autoinculparse y aseguró que había sido él quien escondió la droga en la furgoneta, pero su testimonio no convenció al juez de lo Penal 2 y el testigo salió esposado de la sala de vistas por una pareja de la Guardia Civil.
Tampoco fue convincente para el juez que el acusado asegurara que desconocía la existencia de la droga. Finalmente, ha sido condenado. El pasado 24 de septiembre de 2013 los canes detectores de droga de la Benemérita marcaron su vehículo en el puerto. Los guardias civiles encontraron en el interior del árbol de transmisión un total de 70 paquetes de droga, con un peso de 6,5 kilos de hachís y un valor aproximado en el mercado ilícito de 9.880 euros.