El presidente de Mensajeros de la Paz visitó las saturadas instalaciones del CETI y charló con algunos de los inmigrantes.
El presidente de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel, solicitó ayer al presidente accidental de la Ciudad, Miguel Marín, la retirada de las cuchillas de la valla, durante la visita que realizó a Melilla. Fue recibido por Marín en el Palacio de la Asamblea y ambos coincidieron en que la UE debe prestar su apoyo a España para solucionar la situación que viven Melilla y Ceuta. “Hemos visto decenas de jóvenes con heridas producidas por estos cuchillos que no impiden nada”, dijo y añadió: “Que no vengan con tonterías de que si las puso uno o las puso otro. ¡Que las quiten! Se les tendría que caer la cara de vergüenza”, afirmó el presidente de Mensajeros de la Paz.
Visita agridulce al CETI
El padre Ángel visitó las saturadas instalaciones del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y se entrevistó con algunos de los subsaharianos acogidos allí. Destacó las “caras felices” de los emigrantes, pues consideran que han llegado “a la Tierra Prometida”. Aseguró que se marcha de Melilla con un sabor agridulce por el elevado número de personas que están en el centro. En este sentido, el Padre Ángel reconoció el esfuerzo del director, Carlos Montero, y del personal del CETI para que los inmigrantes “estén en las mejores condiciones posibles, dándoles lo mejor de su trabajo”, subrayó.
Durante sus entrevistas con los inmigrantes, el presidente de Mensajeros de la Paz pudo escuchar las “duras” experiencias de cada uno desde la salida de sus países de origen hasta Melilla. Una mujer de 21 años, que llegó hace algún tiempo a Melilla, está esperando el paso de su marido, que sigue en Marruecos.
“Los inmigrantes que están en Melilla no han venido a hacerse ricos. Sólo quieren vivir”, concluyó el padre Ángel tras finalizar su periplo melillense, que incluyó una visita al obispo emérito Ramón Buxarrais y a las hermanas de María Inmaculada en el Monte Mª Cristina.