El pasado 2008 fue el peor año en cuanto al número de accidentes de tráfico en las últimas tres décadas. De hecho, se llegaron a contabilidad hasta 626 accidentes, según las estadísticas oficiales de la Dirección General de Tráfico en España.
Un dato relevante en ese estudio estadístico es el paulatino incremento en la siniestralidad de nuestras carreteras desde 1993, algo que podría deberse a que existe un mayor control en el registro de los accidentes en los últimos años, según fuentes consultadas por El Faro. No en vano, hasta 2005 la cifra oscila entre los 165 de 1993 y los 280 de 1999, mientras que a partir de esa fecha se aumenta de forma considerable hasta los 626 de 2008 para empezar a caer de nuevo en 2018 con 350.
En 2020, último año que figura en las estadísticas oficiales, la siniestralidad fue de 242 accidentes con víctimas en Melilla, una cifra bastante inferior a 2019, cuando el número alcanzó los 376. El motivo, según nuestras fuentes, fueron las restricciones de movimiento motivadas por la pandemia.
Los años con mayor accidentalidad en la ciudad se sitúan entre 2005 y 2016 cuando difícilmente se baja de los 400 accidentes anuales. Las cifras más llamativas con las de 2007 con 507 y 2015 con 594. La razón que explicaría estos números es el importante aumento del parque automovilístico local y el aumento en las infracciones de las normas de circulación.
Una circunstancia muy relevante también es la enorme diferencia que existe entre los datos de Melilla y los relacionados con Ceuta, donde son muchísimo menores. Por ejemplo, en el peor año de Melilla con 626 accidentes, en la ciudad hermana solo se contabilizaron 3. Nuestras fuentes aseguran, en ese sentido, que la única explicación posible es que en Ceuta no se contabilizaran convenientemente los datos de siniestralidad.
No en vano, Melilla y Ceuta tienen un parque automovilístico similar, muy parecido número de habitantes e incluso la ciudad ceutí es un poco más grande en extensión. En definitiva, que se cumplen todos los requisitos para que el número de accidentes fuera muy similar y, sin embargo, en las estadísticas oficiales es muy diferente y siempre a la baja en el caso de Ceuta.
A ese respecto cabe señalar que frente a los 560 accidentes de 2006 en Melilla, en Ceuta solo se apuntaron 25 o 50 frente a los 524 de 2005 en Melilla. Sin embargo, en los últimos años la estadística es más parecida: en 2017 hubo 466 en Melilla frente a los 409 de Ceuta. “Eso es porque se va normalizando la contabilización de los datos. Ya se entra en el terreno de lo lógico porque lo normal es que las cifras de una y otra ciudad sean muy similares”, apuntaron las citadas fuentes.
Cómo se hace el registro
Como comentamos, una de las razones que podría explicar el importante aumento de la accidentalidad en Melilla es que hace treinta años no se contabilizaran todos los siniestros que ocurrían en las carreteras melillenses. Y es que el método de registro de los accidentes ha cambiado.
En los años 90, la Policía Local elaboraba un documento, llamado Parte Estadístico de Accidentes, que era enviado a la Jefatura Provincial de Tráfico para su contabilización en las estadísticas. Hace unos años, en cambio, la fórmula ha variado y se llegó a un acuerdo para que fuera la Policía Local la que introdujera los datos en el registro (llamado Arena2).Los agentes locales recibieron la correspondiente formación y ahora son ellos los que se encargan de registrar los accidentes en la aplicación informática oportuna.
“Son los policías locales los que vienen haciendo el registro en los últimos años y lo están haciendo con bastante meticulosidad y exactitud”, apuntaron las fuentes de El Faro para añadir que “en Melilla se es muy disciplinados en ese trabajo. La Policía Local es bastante celosa y toma nota de toda la accidentalidad que hay en la ciudad”.