Ya cada vez está más cerca de Navidad. Ya se puede oler con los puestos de las castañas, por ejemplo, y se puede vislumbrar con las luces que se inauguraron hace días y posteriormente el belén del Foso del Hornabeque, que, si por algo es conocido –además de por el entorno cuasi museístico que lo envuelve-, es por ser el más grande de África.
Con la Navidad, que trae consigo buenos deseos, llegan también las comidas y cenas de empresas y asociaciones diversas.
Este fin de semana hemos tenido un par de ejemplos de este último punto, ya que el viernes Activas-Charter 100 celebró una cena el viernes y el Centro Hijos de Melilla, su comida el sábado.
Respecto a la primera, sirvió para reunir a algunas de las empresarias más prominentes de la ciudad autónoma. En declaraciones a El Faro, la presidenta de la asociación, Nayat Mohamed, habló de asuntos bien conocidos por todos como la necesidad de un régimen de viajeros bidireccional y con iguales condiciones a ambos lados de la frontera o la ansiada reapertura de la aduana comercial, aunque estos dos puntos no dependen de España –al menos, no exclusivamente-.
Por lo tanto, el otro escenario, para lo que toda ayuda es bienvenida, es el de mirar al norte y tratar de incardinar Melilla más en la Unión Europea, aun con todas las suspicacias que levantan en algunos sectores ciertos puntos como la adhesión a la Unión Aduanera.
Mientras que una u otra cosa sucedan, es necesario que la Ciudad Autónoma y el Gobierno ayuden a unos empresarios que llevan bastante tiempo pasándolo mal debido a la situación de ahogamiento que padece Melilla por parte de Marruecos, sin que hasta el momento el Gobierno central haya sido capaz de levantar la voz a este incómodo vecino, ni siquiera reclamado la ayuda de la UE.
Pero, entre tanto, la ruleta sigue girando y la vida no se detiene, por lo que las asociaciones siguen adelante con sus actividades, como el Centro Hijos de Melilla, que se vanagloria de ser una de las asociaciones más activas, valga la coincidencia, de la ciudad.
La próxima fiesta prevista es la de los Reyes Magos, en la que habitualmente a los niños Sus Majestades dejan un regalo en el local. Con ello se cerraría una Navidad que todos deseamos que se convierta en un principio del despertar de Melilla, aunque no será fácil con tantos asuntos pendientes como tiene, desde la apertura del Hospital Universitario hasta la resolución, si es posible, de la bonificación a la Seguridad Social, y con los planes de empleo –único sustento para muchas familias- parados por la sentencia judicial.