El caudal del río de Oro lleva siempre más bolsas de plástico y basura, en general, que agua. Da igual el puente por el que se cruce, los melillenses siempre pueden ver, desde las alturas, las decenas de botellas de plástico y vidrio que hay tiradas en el río. Pero hay determinados puntos de su paso por la ciudad donde la porquería se amontona sin que nadie la retire. Hace unas semanas que se instaló una gran alcantarilla cerca de la desembocadura que siempre está llena de basura y de plantas. Los trabajadores de la limpieza desatascan esta especie de sumidero para que el agua entre en el canal. Retiran los plásticos y las algas, pero los dejan en el mismo lecho del río. ¿Quién recoge ahora esta basura? ¿Cuándo lo van a hacer? ¿Van a esperar a que lleguen las lluvias y el agua arrastre todo esto al mar para acabar, finalmente, en las playas de la ciudad?