Los vecinos de este inmueble, cuya fachada sufrió un desprendimiento a finales del pasado junio, viven con el terremoto de este lunes un nuevo episodio del calvario que les están causando las graves deficiencias existentes en esta construcción.
La calma había vuelto en la mañana de ayer al Edificio Averroes. El panorama era muy diferente a la misma hora del lunes, cuando decenas de personas se arremolinaban en la calle Tiro Nacional temerosas de que nuevas réplicas del terremoto las sorprendieran en sus hogares sin tiempo para buscar un lugar seguro.
Jimmy es uno de los pocos vecinos que se observan por el lugar. “Yo estaba durmiendo y no me asusté demasiado al oír los temblores. Pero es cierto que todo el mundo había bajado ya a la calle”.
Este vecino acompañó a El Faro por los distintos bloques del edificio mostrando los desperfectos causados por el temblor de tierra... y los que ya estaban.
“Lo barato sale caro”, comenta Jimmy. Se refiere a los materiales empleados para la construcción del Averroes. “Mira esa grieta. Es de antes del terremoto”, señala, y añade que los daños causados por este fenómeno han sido pocos en comparación con los que ya había.
El paseo continúa hasta el bloque 2. “He oído que en las escaleras tienen unas grietas enormes. Vamos a ver si alguien nos abre la puerta y lo comprobamos”.
Pronto aparece una vecina con la que Jimmy se comunica en tamazight. Acto seguido, la señora relata a El Faro el pánico que pasó en la mañana del lunes.
“Al escuchar el ruido, salí a la calle, como todo el mundo”, recuerda mientras muestra a este diario unas grietas de grandes dimensiones en las paredes de un rellano. “Tengo miedo a que vuelva a haber un terremoto”.
“En mi vida he visto tanta gente en esta calle como anoche”. Eusebio, que vive en el vecino Tiro Nacional, está ahora mucho más relajado. “Tampoco hace falta dormir en la calle para que el terremoto no te pille en casa”.