El presidente provincial de Vox Melilla y portavoz del Grupo Mixto en la Asamblea, José Miguel Tasende, ha reclamado una solución seria e inmediata ante los vertidos de aguas fecales que afectan a la desembocadura del Río de Oro y la playa de Los Cárabos. Según el líder de Vox, esta problemática se repite cada vez que llueve, lo que evidencia deficiencias en la red de saneamiento de la ciudad.
En un comunicado, Tasende ha señalado que, aunque este problema ha sido denunciado reiteradamente por colectivos ecologistas como Guelaya, no se han tomado medidas efectivas para solucionarlo. “Si se ha hecho algo al respecto, es evidente que no funciona. La solución, en ningún caso, puede ser mirar para otra parte”, afirmó el dirigente de Vox.
El problema de los vertidos de aguas residuales en el Río de Oro no es nuevo. En los últimos años, diversas asociaciones ecologistas han alertado sobre la contaminación en esta zona, que se ha convertido en un foco de preocupación tanto para la ciudadanía como para los grupos políticos de la Asamblea.
Desde Guelaya han denunciado en múltiples ocasiones que la falta de una separación efectiva entre las aguas fecales y pluviales está provocando que, cada vez que llueve con intensidad, el agua residual llegue directamente a la costa sin un tratamiento adecuado. Este problema no solo afecta a la calidad del agua, sino que también genera malos olores y pone en riesgo la salud pública.
Además, en varias ocasiones la desembocadura del Río de Oro ha aparecido teñida de colores extraños, lo que ha generado especulación sobre posibles vertidos industriales o químicos además de los residuales. Uno de los episodios más recientes ocurrió hace pocos días, cuando el agua tomó un tono rosado, lo que provocó inquietud entre los vecinos y motivó nuevas denuncias por parte de los colectivos ecologistas.
Respuesta del Gobierno
El consejero de Medio Ambiente, Daniel Ventura, ha reconocido que la ciudad no cuenta con un sistema de separación adecuado en todas las zonas, lo que significa que en algunos puntos las aguas residuales y pluviales siguen compartiendo infraestructuras. Esto supone un problema importante, ya que el sistema no tiene capacidad suficiente para gestionar los residuos cuando hay lluvias intensas, lo que provoca desbordamientos y vertidos incontrolados.
A pesar de las críticas de la oposición y las asociaciones ecologistas, desde el Gobierno local han defendido que se están realizando estudios para evaluar posibles soluciones. Sin embargo, hasta el momento no se ha concretado un proyecto definitivo ni un plazo para su ejecución.
Tasende, en su intervención, ha insistido en la necesidad de que estas medidas no se queden solo en estudios, sino que se traduzcan en acciones concretas para evitar que la ciudad siga sufriendo estos episodios de contaminación. “Esto es algo que hay que resolver cuanto antes. No se ve la obra, pero sí las consecuencias”, ha afirmado el dirigente de Vox.
Impacto en la imagen de la ciudad
El partido añade que aparte de los problemas medioambientales y de salud pública, los vertidos de aguas residuales también afectan directamente a la imagen de Melilla. Tasende ha criticado que, mientras se destinan recursos a la promoción turística, la ciudad sigue teniendo graves deficiencias en infraestructuras básicas.
“De nada sirve invertir dinero en Fitur si luego recibimos a los turistas con aguas fecales en la playa. De nada sirve subvencionar los billetes de los visitantes si este tipo de situaciones no invitan a regresar a la ciudad”, ha declarado el portavoz del Grupo Mixto.
Desde Vox han insistido en que el desarrollo turístico debe ir acompañado de una mejora en los servicios urbanos, para que Melilla pueda ofrecer una imagen atractiva y saludable a sus visitantes. En este sentido, Tasende ha pedido una mayor inversión en infraestructuras de saneamiento, para evitar que se repitan estos episodios que afectan tanto a la ciudadanía como al sector turístico.
Por su parte, la organización ecologista Guelaya ha advertido que, en caso de que no se adopten medidas urgentes, están dispuestos a llevar el caso a instancias superiores. Según han manifestado en diversas ocasiones, si el Gobierno local no toma medidas efectivas, elevarán la denuncia a la Unión Europea o al Ministerio para la Transición Ecológica, con el objetivo de exigir responsabilidades y buscar soluciones fuera del ámbito local.
Desde Guelaya han reiterado que la contaminación del Río de Oro es un problema que no puede seguir ignorándose, y que la ciudad debe cumplir con los estándares ambientales exigidos en la legislación europea. Además, han alertado que la situación podría derivar en sanciones económicas para Melilla si no se toman medidas correctivas.
Compromiso con el futuro
Tasende ha insistido en la necesidad de abordar este problema con responsabilidad: “Cuidar de la ciudad en la que vivimos es un deber de todos los melillenses. Lo que hagamos hoy repercutirá en el futuro de nuestros hijos. Desde VOX nos comprometemos a trabajar en esa dirección”.
La situación sigue generando debate y preocupación en la ciudad, mientras se espera una respuesta firme y concreta por parte de las autoridades. Tanto la oposición como los colectivos ecologistas coinciden en que el problema de la contaminación en el Río de Oro no puede seguir posponiéndose y que las soluciones deben llegar cuanto antes.