L A SITUACIÓN de los sanitarios de Melilla que tienen que viajar para realizar una oposición es rocambolesca. Que los profesionales de nuestra sanidad se encuentren sin posibilidad de encontrar unas conexiones marítima que les permitan poder comparecer en el examen debería hacernos pensar sobre si las conexiones que tenemos en la ciudad son lo suficientemente adecuadas para las necesidades de los melillenses.
En principio, sobre el papel, las vías que nos conectan a la península pueden parecer las óptimas para viajar. Es cierto que en ocasiones se producen cancelaciones o situaciones de overbooking y que estar pendiente de los horarios y sus modificaciones puede resultar un engorro, pero en líneas generales los servicios funcionan razonablemente bien. O no.
Cuando sucede que los participantes en una oposición, a la que llevan mucho tiempo esperando poder presentarse, encuentran dificultades, cuando no imposibilidad total de acudir, deberíamos percatarnos de que tal vez no estamos recibiendo un servicio de transporte comparable con los que tienen el resto de españoles.
La situación que se esta dando no parece razonable, como tampoco parece razonable que no se atendiese a las características específicas de Melilla a la hora de convocar el examen.
El Ingesa debería haber previsto la situación y si no lo ha hecho, debe dar una solución a los opositores.