Podríamos decir que esta que acaba ha sido la semana de las visitas a Melilla: un teniente general de la Guardia Civil, el Defensor del Pueblo, los representantes de Compromís y el vicesecretario general de Organización del PP, Miguel Tellado. Y todos ellos, además, han hecho el mismo recorrido por la valla casi un mes después de la tragedia que acabó con la vida de decenas de subsaharianos cuando trataban de entrar en Melilla.
Siempre decimos y seguimos manteniendo que es bueno que la ciudad reciba la visita de altos dirigentes de partidos y representantes públicos de nuestro país. Cuantos más vengan, mejor para los intereses melillenses porque eso implica que, al menos, se podría intuir cierta preocupación por la realidad de Melilla.
Lo que ya no es tan loable, sin embargo, es que se dediquen a venir solo cuando ocurre alguna desgracia, como es este caso. Pongamos como ejemplo al Defensor del Pueblo. ¿Se ha preocupado alguna vez de saber cómo estamos en materia de transportes? ¿Sabe que tenemos problemas para circular libremente por nuestro propio país porque los medios de comunicación dejan que desear? Hemos de suponer que no.
Otro caso que podemos exponer es la visita del director general del SEPE, Gerardo Gutiérrez, que ha pedido fortalecer el tejido empresarial de la ciudad. Y lo hace sin tener siquiera un encuentro de trabajo, una mínima toma de contacto, con los representantes de la patronal, tal y como apuntaba en un tuit la CEME.
“Una pena que no haya tenido tiempo de reunirse con los empresarios, que algo tenemos que ver con la creación de empleo, la formación de los trabajadores y las políticas activas de empleo”, apuntan.
En definitiva, es una forma de criticar la actitud de quienes viajan a Melilla pero sin tener la misión clara de conocer a fondo los problemas de la ciudad para tratar de poner su granito de arena y solucionarlos.
Es cierto que necesitamos estar en las agendas públicas y de los partidos políticos pero la cosa o se puede quedar ahí. Deben de tomar buena nota y hacer que los problemas lleguen a donde tienen que llegar para que se traduzcan en realizaciones que de verdad contribuyan a nuestro desarrollo socioeconómico, que es lo que los ciudadanos demandamos por encima de todo.