Los movimientos migratorios dejaron ayer un nuevo episodio en Melilla. Salvamento Marírimo rescató, a unas once millas de la costa de nuestra ciudad, a nueve migrantes de nacionalidad marroquí, entre ellos una mujer, que iban en una patera que se encontraba a la deriva y que sufría problemas de flotabilidad.
Los migrantes fueron posteriormente trasladados hasta nuestra ciudad por Salvamento Marítimo. Sin embargo, la estampa no fue la habitual a la que estamos acostumbrados. Ni eran subsaharianos ni tampoco hubo saltos ni cánticos de alegría por haber pisado suelo europeo. Desde la Delegación del Gobierno confirmaron a este diario que estas personas iban a ser repatriadas a Marruecos, en virtud del acuerdo entre ambos países. Quizás intuían que su permanencia en tierra española duraría poco y por eso sus caras tristes.
Hay que recordar que a finales de octubre se encontraron una veintena de cadáveres en la playa marroquí de Charrana, al oeste del Cabo Tres Forcas. Los fallecidos eran inmigrantes marroquíes, de la localidad fronteriza de Mariouari.
Aunque no se puede hablar de una nueva tendencia, sí parece observarse que los marroquíes se lanzan cada vez más en precarias embarcaciones hacia la península con el deseo de una vida mejor. Urge evitar que haya desgracias.