Unas 200 personas vivieron en el Foso del Hornabeque las historias de varios personajes del siglo XVI.
La Fundación Melilla Ciudad Momumental y la agrupación de teatro Enrique Soler organizaron ayer ‘La noche de las luces’, una velada en la que las leyendas y Melilla La Vieja cobraron protagonismo. Unas 200 personas, niños y mayores, disfrutaron de un magnífico espectáculo en el que se narraron tres historias de nuestros antepasados.
Fue el escritor Severiano Gil quien introdujo a los espectadores, con una breve narración ,en el mundo del siglo XVI. Así, indicó en su discurso que no sabía muy bien cómo definir Melilla La Vieja, por lo que optó por compararla con una mujer. Incluso, denominó al resto de la ciudad como ‘Melilla la nueva’, definiéndola como una hija ruidosa y alborotada frente a las rígidas murallas de El Pueblo. Gil leyó la letra de un himno que compuso para esta zona antigua de la ciudad y justo antes de que comenzara con una clase de historia y contara cómo los fenicios llegaron a la ciudad, un tal ‘William’, cuyo nombre verdadero era Jacinto Ramiro, irrumpió en escena y la magia de la agrupación Enrique Soler comenzó a actuar en ese momento con las peleas por conseguir la atención del público de varios personajes curiosos, que hicieron sonreír a los espectadores. Y aunque el pobre de ‘William’ deseaba representar la obra de ‘Hamlet’, sus contemporáneos le echaron del Foso del Hornabeque para iniciar la narración de la primera de las leyendas.
Entre el público, unos pícaros coqueteaban con unas mujeres de la mala vida y algún que otro músico entonaba canciones populares con un violín. Las actuaciones de estos actores se sucedieron por todo el recinto del Foso del Hornabeque, que tan solo estaba iluminado por antorchas.