Una mujer aparentemente de mediana de edad se plantó este domingo cerca de las seis de la tarde a las puertas de la Asamblea de Melilla con la intención de ver al presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, y salir de la ciudad.
Visiblemente alterada, la mujer mantenía a través de su móvil una videoconferencia con un familiar, que intentaba calmarla. Pero ella no atendía a razones y pedía insistentemente a los agentes ver al presidente o que la dejaran salir a Marruecos, porque necesitaba irse.
Al menos siete policías locales intentaron convencer a la mujer para que subiera a una ambulancia con la intención de trasladarla a un centro hospitalario, donde pudieran proporcionarle algo que le calmara la ansiedad, según explicó a El Faro uno de los agentes desplazados hasta la zona.
Pero la mujer, anegada en llanto, ahuyentaba a los agentes advirtiéndoles de que no estaba vacunada del coronavirus y manteniendo con firmeza su decisión de quedarse en la Asamblea.
Tampoco hizo caso a una agente de la Policía Local que le dijo que no podía salir de Melilla porque la frontera está cerrada y lo estará al menos hasta el 30 de noviembre, según publicó este sábado el Boletín Oficial del Estado.
La decisión de España llegó dos días después de que Marruecos anunciara en su Consejo de Gobierno de este jueves que extiende la emergencia sanitaria hasta el 30 de noviembre. A diferencia de lo que venía ocurriendo hasta ahora, sólo se ha prorrogado un mes y no dos como de costumbre.
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