Queridísimos;
Ya han pasado los días del Gozo y hoy es el Domingo de Resurrección. Estoy en trance de ir a los toros, para cumplir el rito y las reglas de estos días. La ciudad tiene aún, aunque lo disimula, el anonadamiento de este día singular. Se sale de la madrugada honda de Dios, como del verso de Rafael Montesinos, "medio loco y medio muerto". Aún se oyen agrias trompetas de Resurrección y el pino gordo de las campanas de la Torre por antonomasia, lo llena todo.
Torre Fortísima, Giralda y Prisma de la ciudad, espolón que aún mira el cielo de España.
La ciudad quedó desde la alta noche del Sábado Santo, con un "horror vacui "que nos llegaba a todos. Las mariposas se nos meten, más que en el estómago, en el corazón. Empieza el tiempo de la nueva espera, irremediable precipicio que lleva a la nostalgia, nostalgia que a mí me dura todos los días que restan para llegar otra vez al gozo y a la vida.
He procurado estar estos días aislado de todo lo que no sea vida cofrade, del gozar momentos inolvidables, de compartir con amigos verdaderos copa corta y mucha charla. Quitarme todo lo que sea impostado y desprenderme también de la mochila cargada de antiguas y renovadas decepciones.
Hay también tiempo para la meditación. A mí me ha dado por meditar sobre Pilato. Vais a permitir, queridos alumnos, que hoy cierre esta serie de articulitos, que han interrumpido el recital semanal sobre los atribulados tiempos que vivimos, meditando sobre esta figura, tan dual, tan controvertida, tan enigmática aún hoy. En la ciudad, hasta le tocan las palmas a los pasos en los que figura el tribuno.
Hermandad hay en los que barrocos legionarios romanos, en forma de "armaos", le tocan la Marcha Real al estandarte del pretor cuando se asoma al Arco. Cosas. Arco aquel en el que todavía resuena la saeta escrita por Rodríguez Buzón el año memorable de la Coronación de la Esperanza entre las esperanzas:
"Adiós gitana bonita,
guapa que no cabe más,
que ganas tiene Sevilla,
de verte a Ti coroná."
Pero yo iba por mi impresión de Pilato. En efecto, todo está ya inventado. Parece mentira, que los nuevos escribas del nuevo Sanedrín no se den cuenta. Cuando ahora unos y otros se lanzan pedradas y se arrojan bazofia invocando la palabra "prevaricación", se nota que no han pensado nunca sobre el personaje ni han aprendido nada sobre Semana Santa. Es una lástima. Pero a mí ya no me sorprende nada. De la Semana Santa no aprenden ni los que deberían aprender.
Anás y Caifás se pusieron más o menos de canto, lo mismo que ahora, aunque lanzaron el silbo taimado del odio y de la insidia, porque Jesús era un problema que nadie quería y menos ellos. Como ahora. El problema acabó en manos de Pilato, quien nos da una clase magistral de prevaricación; para mí se convierte en el más ruin de los seres. Lo que pasa es que tiene numerosos y afamados discípulos;
Interroga a Jesús, no encuentra delito alguno, lo manda azotar a sabiendas de que es inocente, y lo deja a la voluntad de la turba para que sea crucificado.
Con la hipocresía de los prevaricadores hace una pregunta al pueblo: "¿A quién queréis que suelte, a Jesús o a Barrabás?"
Hoy también se sabe preguntar cómo Pilato. Este quería quedar bien: "Yo no quería, es el pueblo quien lo condena" y se lava las manos; nos deja el agua sucia y manda a un inocente a la crucifixión. Ejemplo vivo del que a sabiendas actúa de forma inadecuada.
Estos deberían recordar la primera estrofa de aquella saeta;
"Pilato por mantener el oficio que tenía..."
Como ahora; prevaricación, subvenciones paguitas, bien quedas, lisonjas al poder, aunque este sea totalitario y beligerante contra las esencias cristianas, legión de avestruces en los suelos de la iniquidad...
Todo esto me venía en estos días a la cabeza. Por eso decía que todo estaba inventando. Que nada es nuevo, aunque veamos a muchos Poncios caminando a nuestro lado irritándonos con sus actos.
Ya empezó todo allí. Hace más de dos mil años. Todo sigue siendo lo mismo, aunque creamos que sea hodierno. ¡Feliz Domingo de Resurrección! Se dice así, ¿no? Pues dicho queda.
La semana que viene retomaremos los "temas".
Que no le falte agua al elefante.