Una buena alimentación es clave en el crecimiento infantil

Una alimentación equilibrada es fundamental para el desarrollo físico y cognitivo de los niños. Los primeros años de vida son clave para establecer hábitos saludables y asegurar que reciban los nutrientes esenciales para su crecimiento. Sin embargo, en muchas ocasiones, la alimentación infantil se ve afectada por errores comunes que pueden derivar el problemas de salud a largo plazo. La dietista Marta López Ortuño explica cuáles son los nutrientes esenciales y cómo fomentar una relación saludable con la comida desde pequeños.

Los nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo infantil

"Desde la infancia, una alimentación equilibrada es fundamental para el desarrollo físico y cognitivo", señala Marta López Ortuño. Para ella, es imprescindible incluir proteínas de calidad, presentes en carnes magras, pescado, huevos y legumbres, ya que ayudan a la formación de músculos y tejidos.

El calcio y la vitamina D también desempeñan un papel clave en el crecimiento, ya que fortalecen huesos y dientes. "Estos nutrientes los encontramos en productos como los lácteos, frutos secos y el pescado azul", añade la experta.

Otro mineral esencial es el hierro, que previene la anemia y mejora los niveles de energía. Para garantizar su aporte, López Ortuño recomienda incluir en la dieta carnes rojas, legumbres y espinacas.

Además, los ácidos grasos esenciales, como los presentes en el pescado, los frutos secos y el aceite de oliva, favorecen el desarrollo cerebral, mientras que las vitaminas A, C y E, presentes en frutas y verduras, ayudan a fortalecer el sistema inmunológico.

"No podemos olvidar la importancia de la fibra, que se encuentra en los cereales integrales y los vegetales, y contribuye a una digestión saludable", destaca la dietista.

Errores más comunes en la alimentación infantil

A pesar de la importancia de una dieta equilibrada, hay errores frecuentes que pueden afectar la salud de los niños. "Uno de los problemas más habituales es el consumo excesivo de azúcar y alimentos ultraprocesados, que pueden llevar a la obesidad y a trastornos metabólicos a largo plazo", advierte López Ortuño.

Otro error común es la falta de frutas y verduras en la dieta de los niños, lo que puede debilitar su sistema inmunológico y digestivo. "También es un problema forzar a los niños a comer, ya que esto puede generar rechazo a ciertos alimentos y convertir las comidas en un momento de tensión", explica.

Además, el uso de pantallas durante las comidas disminuye la capacidad de los niños para regular su hambre, lo que puede derivar en malos hábitos alimenticios. "Es importante evitar distracciones y permitir que los niños escuchen sus señales de saciedad", recomienda la dietista.

Por último, el desajuste en las porciones puede afectar el crecimiento de los niños. "Tanto un exceso como un déficit de alimentos pueden impactar negativamente en su desarrollo", concluye López Ortuño.

Cómo fomentar buenos hábitos alimenticios desde pequeños

Para inculcar una alimentación saludable, es fundamental dar el ejemplo en casa. "Los niños aprenden por imitación, por lo que si ven a los adultos comer de manera equilibrada, será más fácil que lo incorporen en su rutina", señala la dietista.

Involucrar a los niños en la cocina es otra estrategia efectiva. "Si participan en la preparación de los alimentos, se sentirán más motivados a probarlos", añade. También es importante evitar el uso de la comida como premio o castigo, ya que esto puede generar una relación poco saludable con la alimentación.

Marta López Ortuño recomienda establecer horarios regulares para las comidas y evitar el picoteo constante. Además, presentar los alimentos de manera atractiva, con colores y formas llamativas, puede aumentar las probabilidades de que los niños lo acepten con más facilidad.

Cómo manejar el rechazo a ciertos alimentos y el poco apetito

El rechazo a ciertos alimentos es una conducta común en la infancia. "Lo más importante es respetar su ritmo y no obligarlos a comer", enfatiza la dietista. Un rechazo inicial no significa que nunca aceptarán un nuevo alimento, sino que puede ser necesario ofrecerlo varias veces y en distintas presentaciones.

También es recomendable evitar distracciones durante la comida. "La televisión y los dispositivos electrónicos interfieren con la percepción del hambre y la saciedad de los niños", explica López Ortuño

Si un niño tiene poco apetito de manera persistente y esto afecta a su crecimiento, lo mejor es consultar con un pediatra para descartar posibles problemas médicos.

Sobrepeso y bajo peso en niños: cómo manejarlos

Cuando un niño tiene sobrepeso, no se recomienda aplicar restricciones drásticas. "Es mejor centrarse en mejorar la calidad de su alimentación, reduciendo el consumo de azúcares y productos ultraprocesados, y aumentando la ingesta de frutas, verduras y proteínas de calidad", sugiere López Ortuño. Además, el ejercicio físico regular es fundamental.

Por otro lado, si un niño tiene bajo peso, es importante ofrecer alimentos ricos en energía y nutrientes como frutos secos, aguacate, aceite de oliva y proteínas de calidad. "Lo importante es asegurar una alimentación variada y equilibrada, sin forzar la ingesta de comida", aclara la dietista.

En ambos casos, es esencial evitar comparaciones y presiones relacionadas con el peso. "Lo mejor es fomentar hábitos saludables sin generar ansiedad en los niños", concluye López Ortuño.

Alimentos que fortalecen el sistema inmunológico infantil

Para mantener el sistema inmunológico fuerte, López Ortuño recomienda incluir en la dieta frutas ricas en vitamina C, como naranjas, kiwis y fresas. "También los alimentos fermentados, como el yogur y el kéfir son muy beneficiosos, ya que contienen probióticos que mejoran la flora intestinal y las defensas", añade.

El pescado azul, los frutos secos y el aceite de oliva aportan ácidos grasos esenciales que reducen la inflamación y refuerzan el sistema inmune. Además, las verduras de hoja verde, como las espinacas y el brócoli, son ricas en antioxidantes que protegen el organismo.

Finalmente, una hidratación adecuada y la exposición moderada al sol son fundamentales para mantener un buen equilibrio de vitamina D, que también desempeña un papel clave en la inmunidad.

Cómo manejar los problemas digestivos frecuentes

Los problemas digestivos como el estreñimiento o la diarrea, son comunes en la infancia y suelen estar relacionados con la alimentación. "Si un niño sufre estreñimiento con frecuencia, es fundamental aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales integrales, además de asegurarse de que beba suficiente agua y haga ejercicio", indica López Ortuño.

Por otro lado, si el problema es la diarrea recurrente, hay que evitar los ultraprocesados y los azúcares en exceso, ya que pueden irritar el intestino. "También es recomendable incluir alimentos probióticos como el yogur natural o el kéfir para restaurar la flora intestinal", sugiere la dietista.

Si estos problemas persisten, es importante acudir a un especialista para descartar posibles afecciones médicas.

En definitiva, una buena alimentación durante la infancia no solo garantiza un crecimiento saludable, sino también una mejora en el estilo de vida.