La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), señala que la ejecución de la nueva línea eléctrica de la desaladora de Melilla se ha retrasado por la petición del propio Gobierno de la Ciudad Autónoma de cambiar el trazado de la misma, para que no pasara por calles recién asfaltadas, y cuando el contrato ya estaba formalizado por parte de la Dirección General del Agua.
Estos cambios de trazado dieron lugar así a la anulación del encargo y al inicio de una nueva tramitación, por lo que los retrasos en la línea eléctrica y la imposibilidad de poner en marcha el cuarto bastidor de la desaladora "no pueden atribuirse en ningún caso a la CHG o al Miteco como asegura el consejero de Medio Ambiente de Melilla, Daniel Ventura", apunta el organismo público.
La Confederación espera encomendar la actuación a Tragsa en septiembre, con un plazo de ejecución aproximado de nueve meses, lo que permitirá que la desaladora funcione al 100% al poder ponerse en marcha los cuatro bastidores de ósmosis inversa de la planta. Desde la CHG se recuerda, además, que desde el pasado mes de marzo la planta ha aumentado su producción a 23.000 m3 al día, frente a los 16.000 m3 anteriores, "lo que ha mejorado notablemente la calidad del agua al tener que disponer de menos volumen de recursos procedente de pozos", advierte.
La CHG asegura que ha cumplido con los plazos establecidos en el convenio suscrito entre el Ministerio, la Ciudad Autónoma de Melilla y este organismo de cuenca, e informado de todas las incidencias en la comisión de seguimiento del mismo. Así se hará igualmente con la sustitución del 50% de la red de tuberías de abastecimiento, para lo que hay un periodo de ejecución de dos años recogido en el acuerdo, y se advierte que la Ciudad Autónoma no ha terminado aún su parte correspondiente y que lleva más de un año de atraso.
Cabe recordar que el citado convenio fue suscrito por el Gobierno de la Ciudad Autónoma con el Ejecutivo de Pedro Sánchez, a través de la Dirección General del Agua del MITECO, que tardó muy poco en ser consciente de los problemas de agua que padecían los y las melillenses y ponerse a trabajar para solucionarlos ante la inoperancia del anterior Gobierno de M. Rajoy.
Este mismo acuerdo recogía una inversión de más de 28 millones de euros para la ampliación de la desaladora, que ya es una realidad y garantiza el agua para todo el suministro de Melilla, y venía a resolver la problemática de las conducciones de abastecimiento a la ciudadanía, que a lo largo de los últimos años han sufrido un retraso injustificable.
"Como no podía ser de otra forma, el actual Gobierno de España, a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, sin cuestionarse de quién son o no las competencias, estará atento a las necesidades de la población melillense para trabajar con el fin de que dispongan de agua suficiente en calidad y cantidad", concluye.
En estos tiempos que corren, cuándo un Organismo Oficial, de forma fehaciente y desde un principio, no nos cuenta a la sociedad las vicisitudes sufridas, entra en el juego de (Pinto, pinto, gorgorito/ ¿a dónde vas tú tan bonito? /A la era verdadera/ pan, pun, fuera/ (Tú te vas y tú te quedas)).
Después cuesta más situarse en el punto justo en el que se encuentran las cosas, porque tengo que convenir, que después de tanto tiempo, echándose las culpas intrínsicamente los unos a los otros, no es la mejor manera, levantando múltiples suposiciones, que a posterioridad cuesta mucho borrar, levantando muchas susceptibilidades en tema como este y máxime en un País como el nuestro dónde se venden más “Chalé”, que viviendas de protección oficial. Esperemos que a partir de ahora todo vaya como tradicionalmente decimos “sin prisas, pero sin pausa”.