Los sindicatos consideran que el pasado año 2018 ha sido un año perdido en materia sanitaria. Para los representantes de los empleados de la sanidad melillense, el último curso ha sido uno de los peores que recuerdan debido a la paralización en la toma de decisiones tras el cambio del Gobierno nacional y la tardanza en elegir a un representante en Melilla con el que poder sentarse a negociar. Un lastre para la implementación de las necesarias mejoras que urgen tomarse en la ciudad.
Los sindicatos sólo salvan el concurso de movilidad, que si se ha logrado sacar adelante, aunque no será hasta este mes de enero, un año después de ratificarse, cuando las mejoras lleguen a los trabajadores.
Teniendo en cuenta el déficit en materia sanitaria que tiene la ciudad, con centros saturados y falta de personal, es lamentable que se haya echado a perder todo el año entero sin producirse ningún avance. No se entiende la desidia de la Administración en dar solución a los problemas que achacan a los profesionales de la sanidad, que con su esfuerzo diario mantienen un sistema fundamental para el bienestar de los ciudadanos. El tiempo perdido en 2018 ya no va a recuperarse, así que es capital que en este nuevo año que comienza se escuchen con más interés las reivindicaciones de este colectivo.
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