¿Cómo se gestó el último intento de acceso a la valla de Melilla que acabó en tragedia? ¿Están detrás mafias, como afirma España, o se trató de un acto organizado por los propios emigrantes?
En un intento de desentrañar lo que ocurre en los montes cercanos a la localidad de Nador donde se esconden los emigrantes subsaharianos y desde donde hacen sus incursiones a la frontera -como la que el viernes costó la vida al menos a una treintena de personas, según organizaciones humanitarias-, Efe habló con un experto en migraciones, dos asociaciones y una fuente de seguridad marroquí.
Los "passeurs" fronterizos
Según el experto marroquí en migraciones Abdessalam el Moukhtari, las redes criminales participan en diferentes fases del proceso migratorio de estas personas subsaharianas, que recorren miles de kilómetros para llegar hasta el norte de África por países inestables como Libia, Níger o Mali.
Los que cruzan Libia provienen normalmente de Sudán, nacionalidad muy presente en este último intento de acceso a España, concretamente de zonas en conflicto como la región sudanesa de Darfur, y están dispuestos a morir, dice Moukhtari, para cruzar a Europa.
Las organizaciones criminales, sostiene, les ayudan a cruzar las fronteras, como por ejemplo la de Argelia a Marruecos, donde actúan los conocidos como "passeurs" ("los que pasan", en francés), y también hay redes que organizan acciones como la de Melilla.
Para el experto, estas incursiones multitudinarias a las fronteras con las ciudades españolas en el norte de África las planean los líderes de los diferentes campamentos en los bosques donde malviven los emigrantes, que forman parte de las redes.
"El cruce a España necesita del consentimiento de los 'passeurs'", afirma sobre esas personas, que cobran dinero, añade, a cambio de hacerlo. El analista destaca que este último intento de cruce fue de una especial violencia, con los emigrantes haciendo frente a los agentes, cosa que no había ocurrido antes.
¿Cúpula criminal en los bosques?
Una fuente de seguridad marroquí consultada por Efe también avala la teoría de una acción organizada por redes criminales que controlan los campamentos donde viven las personas subsaharianas, en base a interrogatorios hechos a los propios emigrantes tras las redadas policiales en los bosques y el análisis de otra información.
En el caso de las alrededor de 2.000 personas que asaltaron la valla de Melilla este viernes, los emigrantes provenían de montañas ubicadas a una veintena de kilómetros de la ciudad española, como Baquya e Izanuden.
Los subsaharianos se vieron forzados a alejarse en sus bosques, indica la fuente, debido a las redadas policiales de los últimos meses en el monte del Gurugú, más próximo a la localidad marroquí.
Allí vivían sudaneses, pero también burkineses y senegaleses, dirigidos por una cúpula compuesta por decenas de miembros que actuaban comandados por un líder, sostiene la fuente, que incluso cobraban a los demás una cantidad de dinero para poder alojarse en los campamentos.
Estas personas también administran la logística de los campamentos de comida y agua, según la fuente, obligándoles a traer víveres al campamento bajo amenaza de castigo, además de planear las incursiones a la valla de Melilla.
¿Acción espontánea?
Las asociaciones de protección de los migrantes consultadas por Efe opinan que no hay "mafias", tal y como afirmó el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, detrás de las incursiones, sino que las organizan ellos mismos de forma espontánea.
"Nadie ha organizado esto, son personas que vienen de diferentes países y que se organizan entre ellos", sostiene Mamadou Diali, miembro de la Colectivo de Comunidades Subsaharianas en Marruecos, presente en Nador.
Para su compañero de asociación Ousmane Ba, Sánchez "miente" y no hay redes criminales detrás de los intentos de acceso, porque los migrantes que viven en las montañas, argumenta, "no tienen nada, no tienen ningún recurso". No podemos hablar de mafias, son personas que se organizan", dice.
Para Said Tbal, coordinador de Migraciones en la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, aunque las mafias "siempre están ahí", esta acción no la ha organizado una red de este tipo, sino que fue algo espontáneo forzados por las últimas redadas policiales.
"No creo que tengan interés en hacer salir a 1.000 personas a la vez porque no tienen nada que ganar, normalmente estas mafias llevan a 30 o 40 personas", explica.
Para él, es una acción organizada "entre los migrantes" e incluso se pregunta si "con la complicidad de las autoridades", que, según afirma, les han podido forzar a salir de los bosques con sus redadas para provocar un asalto de esas características y que se hable de ello en la comunidad internacional.
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