Fue detenido en septiembre del año pasado en el puerto con la droga oculta en la rueda de recambio.
El Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla vivió ayer todo un maratón de juicios por delitos contra la salud pública. Diez de las once vistas celebradas versaron sobre infracciones relacionadas con el tráfico de drogas. Entre ellas, destacó la condena a tres años y un día de prisión a un ciudadano francés que el pasado septiembre fue arrestado en el puerto cuando la Guardia Civil halló 27 kilos de hachís ocultos en su vehículo.
Eric A., de unos 60 años, pretendía embarcarse en un buque con rumbo hacia Almería con la droga camuflada en la rueda de recambio de su automóvil.
El juicio a este acusado fue el último de los celebrados en la mañana de ayer en el Penal 2 tras una larga jornada.
Términos de la conformidad
Cuando le llegó su turno para acceder a la sala de vistas, el acusado tardó varios minutos en hacerlo. Según pudo saber El Faro, Eric A. se encontraba discutiendo en el pasillo con su abogada de oficio los términos de la conformidad con la sentencia que el Ministerio Fiscal había solicitado en su escrito de acusación.
La pena reclamada consistía en los tres años y un día de cárcel ya señalados, aparte del abono de una multa de 62.274 euros, cantidad en la que estaba valorada la droga aprehendida. Asimismo, se le cargaría el pago de las costas procesales.
Finalmente, el acusado accedió a la sala con las muñecas esposadas y escoltado por dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Aunque Eric A. chapurrea español, lo acompañaba un traductor para facilitarle la comunicación con la juez.
“Yo vivo en Francia”
Más que la condena en sí, la principal preocupación del acusado era el lugar donde deberá cumplir la pena de prisión. “Yo vivo en Francia”, señaló antes de que la titular del Juzgado de lo Penal número 2 le leyera los términos de la sentencia que se disponía a aplicarle si reconocía su culpabilidad por el hecho delictivo que se le imputaba.
“Primero tiene que escuchar la sentencia y mostrar su conformidad”, le indicó la juez, quien añadió que tras ello su abogada defensora le informaría de todo lo relativo al lugar donde pasará entre rejas los tres próximos años.
Después de escuchar de boca del traductor la sentencia condenatoria que la magistrada había pronunciado, Eric A. mostró su conformidad. Sin embargo, acto seguido insistió en explicar su situación a la juez.
Prisión en España
“Soy tutor de mi hermano inválido”, indicó el condenado, e insistió en que su residencia se encuentra en Francia.
“Pero usted tiene que ingresar en una prisión española”, le respondió la titular del Penal 2. “Ha cometido el delito en España”. Ante la insistencia del condenado en un posible cumplimiento de la pena en su país de origen, la juez afirmó tajante: “No le van a trasladar a Francia, ya se lo digo”.
El condenado incidió nuevamente en los cuidados que necesita el familiar a su cargo. Entonces intervino la abogada de oficio: “Necesita buscarle a su hermano otro tutor en Francia”.
Después de que los agentes de la Policía Nacional se llevaran a Eric A. de la sala, la juez señaló en conversación informal con la letrada y la fiscal que el condenado pretendía ser objeto de una “extradición” para una conducta delictiva por tráfico de drogas, delito al que no se le aplica este procedimiento. “No es un caso de terrorismo”, apuntó.
Según la abogada defensora, lo único que podrá solicitar su cliente es que se le traslade a una prisión “lo más cerca posible de la frontera francesa”.