Proyecto Hombre ha pasado de trabajar con cuatro personas a 60.
Proyecto Hombre lleva seis años ya en Melilla. Ha pasado de tratar a cuatro personas a echar una mano a unas 60 a través del programa de intervención. En este tiempo ha mejorado la forma de abordar el tratamiento porque cuando comenzó no contaba con tantos recursos como ahora. La psicóloga y coordinadora de esta entidad, María de los Ángeles Gallardo, señala a El Faro que actualmente se trabaja en red con todas las instituciones de la ciudad, como Servicios Sociales, los juzgados o el área Sanitaria de Melilla.
La crisis no ha sido la culpable de este incremento de personas en tratamiento, sino que se ha dado a conocer la ONG en nuestra ciudad y los melillenses con este tipo de problemas han acudido a pedir ayuda. Lo que sí ha cambiado un poco es el consumo en estos tiempos de dificultad económica.
Gallardo comenta que se ha detectado un abuso del alcohol y de las pastillas en perfiles determinados, como personas que han perdido el trabajo y estaban pasando por una mala situación económica y familiar.
Contactar con la ONG
Estos años también ha cambiado la forma de contactar con la entidad. De hecho es curioso cómo algunos empresarios o jefes de determinados negocios han sido los que han dado la voz de alarma a ver cómo alguno de sus empleados dejaba de rendir por culpa del consumo de cocaína u otras drogas. Son estos responsables los que han animado a sus trabajadores a ir a la ONG a pedir ayuda y superar con el apoyo de todos esta situación. Por ello, en Proyecto Hombre se cuenta con un grupo de personas que tiene un trabajo estable, pero que eso no les ha librado de caer en el pozo sin fondo de las drogas.
Son melillenses que han tenido una mala experiencia personal y han recurrido a diferentes sustancias para olvidarla.
60 personas
Actualmente, hay 60 personas en programas de intervención. Este tiene tres fases, como son la acogida, la comunidad terapéutica y la reinserción social. En esta última fase hay quince personas que realizan diferentes talleres para que su vuelta a la vida social sea más sencilla.
El perfil medio de este colectivo es el de un varón de entre 37 y 40 años que ha preferentemente consume cocaína. En el 80% de los casos acude a la ONG para recibir ayuda.
Por otro lado, la entidad atiende a 35 familias en un programa específico. La mayor parte de los colectivos es enviada por los médicos de Atención Primaria o del área de Salud Mental del Ingesa al detectar problemas de salud graves debido al consumo de drogas. Se realizar una derivación directa de estos servicios a Proyecto Hombre para su mejor tratamiento.
Otra parte de las familias atendidas son enviadas por los juzgados. Alguno de sus miembros debe cumplir medidas judiciales. En muchos casos son los hijos los que comenten algún tipo de delito y por ello, se les manda a este programa para su rehabilitación.
También hay menores derivados desde las Torres del V Centenario a Proyecto Hombre. En algunos caos no hay una adicción, pero sí un consumo abusivo de determinadas sustancias, así como conductas disruptivas y abandono escolar. En este colectivo la droga más consumida es el cannabis.
‘Shima’
Pero hay otra sustancia que se está haciendo famosa entre los más jóvenes de la ciudad porque es muy barata. Se trata de la ‘shima’, una bola de restos de hachís y resinas que se pone debajo de la lengua y les hace perder la consciencia. Es una forma de evadirse por apenas 1,5 euros. Sin embargo, no sólo afecta al rendimiento escolar y a la falta de concentración, sino que deja llagas en la boca y la tiñe de negro dejando heridas en las encías.
No obstante, también reciben en esta ONG a padres e hijos derivados de los Servicios Sociales de la Ciudad o porque las propias familias acuden en su conjunto.
Por otro lado, con los proyectos de prevención se ha llegado a unos 800 jóvenes a través de los institutos y los colegios.