A nadie se le escapa que Melilla es una ciudad con altas cotas de inseguridad. Y también es de sobra conocido que sindicatos y asociaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado llevan tiempo reclamando más efectivos que les permitan llevar a cabo su trabajo en condiciones normales. Policía Nacional y Guardia Civil necesitan un aumento de personal para controlar de forma óptima puntos clave de la ciudad, como es el caso de la frontera y el puerto. Sin embargo, por el momento el Gobierno central no está dando respuesta a las reclamaciones de los representantes de los agentes.
La necesidad de personal en el perímetro fronterizo y en el puerto provoca, en el caso de la Guardia Civil, que no haya personal suficiente para vigilar la zona de seguridad. Así, a diario los agentes de la Benemérita tienen que trabajar a destajo para evitar que menores y adultos indocumentados, procedentes de países magrebíes, se cuelen como polizones en los barcos que salen hacia la península.
En los pasos fronterizos, tanto la Policía como el Instituto Armado también requieren más efectivos. Esto tiene como consecuencia que haya menos patrullas policiales vigilando otras zonas de la ciudad, donde, por desgracia, se producen actos delictivos cuyos responsables no siempre pueden ser atrapados por las autoridades.
Es cierto que no todos los delitos se denuncian ante la Policía. Pero también lo es que actualmente, con las redes sociales al alcance de prácticamente cualquier persona, se difunden noticias sobre temas de seguridad que no se ajustan exactamente a la realidad o que incluso pueden ser falsas.
Ayer, el portavoz del Gobierno local, Manuel Ángel Quevedo, aseguró que se está detectando una “proliferación” en redes sociales de informaciones “erróneas” sobre delitos supuestamente cometidos por menores extranjeros. Según Quevedo, si esos delitos no se denuncian, eso puede deberse a que “no han ocurrido” o “no en los términos en los que se describen”.
Desde la noche del pasado jueves ha circulado un audio de WhatsApp en el que una mujer explica que ha visto a dos menores atacando a un vehículo que circulaba delante del suyo. La emisora del mensaje, que informaba de la rápida intervención de agentes para detener a los agresores, afirmaba que el móvil de ese ataque era el robo.
Sin embargo, fuentes de la Jefatura de la Policía Nacional aseguraron a este medio que, pese a ser cierto ese ataque, la intención no era robar, sino que los golpes en el capó del coche se debieron a una discusión de tráfico tras haber pitado el conductor a los menores por cruzar por una zona donde no había paso de peatones.
La conducta de esos jóvenes es reprobable, sin duda. Ambos fueron trasladados a Jefatura, aunque según las fuentes contactadas no se llegó a presentar denuncia.
Los ciudadanos tenemos el deber de colaborar con las fuerzas del orden para denunciar delitos, es decir, trabajar juntos por la seguridad. Pero nunca debemos difundir mensajes sin tener la certeza de lo que ha ocurrido.
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