Pese a la medida de presión, sí continuaría funcionando el juzgado de guardia y se celebrarían las causas con presos, según adelanta a El Faro el juez decano de Melilla, Fernando Germán Portillo
No hay marcha atrás. Los jueces y fiscales de nuestra ciudad están convencidos de que sus reivindicaciones tienen que ser atendidas por el Ministerio de Justicia. Están dispuestos a continuar con las movilizaciones convocadas para este fin. En el caso de que no reciban un compromiso firme y serio para dar salida a sus peticiones, el próximo 22 de mayo se llamará a la huelga. “De dar este paso, me gustaría que se hiciera de forma indefinida”, sostenía el juez decano de Melilla, Fernando Germán Portillo, en declaraciones a El Faro.
A priori, no se puede calcular la incidencia real que tendría, puesto que la decisión de secundarla es individual y todavía se desconoce el respaldo con el que contará esta medida. Sin embargo, como apuntaba el representante de los jueces de la ciudad, si toda la plantilla judicial respaldase la huelga “se quedaría en suspenso el 90% de los servicios que se prestan en los juzgados”.
Por cada juez y fiscal que secunde la huelga, se verán afectados todos los procedimientos de sus correspondientes juzgados, así como los del ministerio público. “Si son muchos los profesionales que la respaldan, lógicamente se multiplicará la incidencia en el ciudadano”, comentaba Portillo. “Esta es una medida que no querríamos llevar a cabo, pero nos vemos abocados a ello, precisamente también por el bien de la ciudadanía”, añadía al respecto.
En el supuesto de que la plantilla judicial al completo, integrada por 16 jueces contando con los tres que integran la Audiencia Provincial de Málaga con sede en Melilla, Portillo adelantó que se aplicarían determinadas “excepciones” para dar salida a los casos más urgentes y ofrecer unos servicios mínimos.
Casos urgentes
“Tendríamos que ver qué ocurre con las causas en las que hay presos pendientes de ser juzgados, para que no se diera la suspensión a razón de la huelga”, ponía Portillo como ejemplo. Tampoco el juzgado de guardia puede dejar de funcionar, aunque se produzca una huelga, puesto que seguirá habiendo detenidos pendientes de pasar a disposición judicial. Además, los calabozos podrían quedar colapsados. “También hay que tener en cuenta que hay medidas que tienen que aplicarse con carácter urgente y estas no pueden quedarse paralizadas”, agregaba el representante de los jueces de Melilla.
Antes del 22 de este mes, quedan otras movilizaciones. Mañana, a las doce de la mañana, volverá a convocarse un parón de una hora. “Es una manera necesaria de mantener la tensión y de recordarnos entre los compañeros que llevamos muchos años esperando a que hagan caso a nuestras peticiones, sin éxito hasta el momento”, manifestaba Portillo.
Según aclaraba, la posibilidad de que este conflicto se solucione antes del día para el que se ha fijado la huelga “es casi de ciencia ficción”. “Espero que jueces y fiscales nos mantengamos unidos y estemos a la altura de las circunstancia”, zanjaba.
Más eficiencia
Los jueces y fiscales de Melilla reclaman una justicia más eficiente. “Para ello, es necesario contar con muchos más medios personales de los que tenemos actualmente”, afirmaba el juez decano, Fernando Germán Portillo, en declaraciones a este diario. Exponía que si la Policía estuviera mejor dotada, el retraso en los procedimientos sería menor porque los juzgados contarían con más agentes judiciales. “También necesitamos cuerpos de peritos especializados en materias económicas y administrativas, que son bastante complejas”, señalaba el representante de los jueces en nuestra ciudad. Además, insistía en que echan en falta otra plaza de médico forense. “Faltan medios personales y espacio y esto impide que la justicia en Melilla sea más eficiente”, decía.
Además, según añadía Portillo, pese a que las necesidades judiciales que se dan en nuestra ciudad “no dejan de crecer año tras año”, los juzgados se encuentran localizados en un edificio que no tiene posibilidades de expandirse. Entre otras cosas, el juez decano recordaba que el registro civil requiere de mucho más espacio del que dispone actualmente. “Lo más fácil sería que se externalizara del edificio judicial”.
El juzgado de guardia también se ha quedado pequeño, según el juez decano. “Necesitamos que sea mucho más amplio para que, en los casos en los que sea necesario, como cuando hablamos de posibles delitos de violencia de género, se pueda separar a las partes para que no compartan la misma estancia”, manifestaba Portillo. También resaltaba la falta de espacio que padece el archivo de los juzgados, donde se guardan todas las piezas y procedimientos.
“Contamos con una desventaja importante, y es que el edificio no fue diseñado para la función judicial”, sostenía Portillo. Según aseguraba, hace falta mucho más espacio para habilitar despachos a los profesionales. “Muchos trabajadores se ven obligados a compartir estancia e, incluso, a robar sitio a los pasillos”.
Digitalización deficiente
Otra queja específica del ámbito local tiene que ver con el proceso de digitalización de los expedientes. “Está funcionando bastante regular porque los sistemas son deficitarios”, subrayaba el juez decano. Según manifestaba, el problema es que no se ha invertido lo suficiente para que las aplicaciones sean de verdadera utilidad para jueces y fiscales.
“Se han implantado determinados sistemas sin que se tengan en cuenta las características de nuestro trabajo”, lamentaba Portillo. “Esto nos obliga a auxiliarnos constantemente en el papel para poder trabajar de una forma ordenada y racional”.
Por otro lado, el representante de los jueces de nuestra ciudad apuntaba a que también se echa en falta un mayor presupuesto para asegurar un mejor mantenimiento de los juzgados.
Al parecer del juez decano, el hecho de que Melilla disponga de “una población relativamente pequeña” y de que se encuentre apartada de la península, son factores que, aparentemente, juegan en contra de un mejor funcionamiento de los juzgados de la ciudad. “Parece como si nuestros problemas fuesen menores, pero no lo son en absoluto”, decía. “Es más, por la peculiaridad que tiene la ciudad como frontera de Europa, nuestras necesidades tendrían que ser atendidas con mucho más mimo”, sostenía Portillo.
“Ya somos independientes, pero hay que reforzar la independencia judicial”
“Los jueces somos independientes, pero pedimos que se tomen medidas para reforzar aún más la independencia judicial”. Así de claro se manifestaba el juez decano de Melilla, Fernando Germán Portillo. Esto podría conseguirse, según explicaba, si los magistrados y jueces pudieran ser quienes eligiesen a doce de los veinte vocales que integran el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), ya que, hasta el momento, son escogidos en su totalidad por los políticos.
“Esto arroja una sombra de sospecha, ya que, además, estos vocales son los encargados de nombrar a los altos cargos judiciales”, resaltaba el representante de los jueces de la ciudad. “Esto se corregiría si, a la hora de elegir a esta cúpula, se hiciera conforme a criterios de medios y capacidad, totalmente objetivados y baremados”, agregaba. Según lamentaba, de lo contrario, la ciudadanía percibe una falta de independencia “que se extiende como una mancha de aceite al resto de la carrera judicial”. Además, Portillo insistía en que se podría reforzar la independencia a través de la vía económica, si el CGPJ contara con un “presupuesto independiente”.