La Delegación de Gobierno de Melilla anunció ayer que el número de menores extranjeros no acompañados que han entrado en la ciudad durante el pasado 2018 es inferior al registrado por la Policía Nacional durante 2017: 1.017 frente a 1.149, 79 jóvenes menos.
Se trata de una buena noticia, pero insuficiente. Melilla ha recibido a lo largo del año pasado más de mil niños y los centros de acogida que gestiona la Ciudad están saturados, albergando a más de 900.
La frontera es aún demasiado permeable ante el incesante goteo de menores que la atraviesan buscando una vida mejor. Mientras, la Purísima y la Gota de Leche siguen soportando un número de niños para el que no están preparados, por lo que la atención que reciben estos chicos no es todo lo buena que podría darse en otras circunstancias.
Es necesario seguir trabajando en el perímetro fronterizo para que se pongan más medios humanos y materiales que reduzcan estas cifras.
También, se antoja indispensable la cooperación con Marruecos, quien debería preocuparse por sus menores, como lo es retomar las conversaciones con otras regiones de España para que alivien en la medida de lo posible la presión que recibe Melilla.