La situación jurídica de los tunecinos en Melilla es cuanto menos “descorazonadora” y las negociaciones de repatriación entre España y Túnez serían el principal problema, según explicó Joaquín García, abogado en Melilla. Señaló que antes de la pandemia del coronavirus dichas conversaciones ya estaban paralizadas. Desde el despacho en el que trabaja llevan diferentes casos de nacionales de Túnez que quieren dejar la ciudad y no lo consiguen. “España no dispone de un tratado de repatriación con Túnez como si dispone con otros países” y subrayó que este asunto se lleva tratando desde hace unos diez años sin llegar a un consenso.
Y es que, según relató, Túnez aceptaría firmar un tratado para recibir de vuelta a sus nacionales expulsados de España a cambio de facilitar, por un lado. los visados hacia Europa de estos y por otro, adquirir la nacionalidad si fuera necesario para estos. “España no lo pone fácil en ese sentido, por lo tanto, todavía no hay acuerdo”, expuso.
A los tunecinos que llegan a Melilla, se les lleva a la comisaría y allí lo que se hace es una propuesta de devolución a su país, una forma jurídica distinta a los expedientes de expulsión y más sencilla de elaborar. En comisaría les asisten un abogado de oficio, a no ser que ellos soliciten uno por cuenta propia, y se les toma declaración.
Seguidamente se les propone para su expulsión, donde cabe un recurso de alzada y es ahí donde entran abogados como García.
Así pues, la única opción que hay es poner un recurso de alzada, que será rechazado el 99% de las veces. Se agota la vía administrativa y hay que meterse en un recurso contencioso administrativo, que también será rechazado y seguidamente se pondrá un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia, que tampoco dará sus frutos.
Señaló que después de haber agotado todas las vías que se tienen en cuanto a recursos, se debe devolver a la persona a su país.
“¿Pero qué pasa? En el caso de los tunecinos, su país no los acepta y entonces están aquí en un limbo espectacular: ni los dejan volver a su casa, ni están legalmente en España, ni se les da una vida digna, porque el CETI alberga al doble de personas de su capacidad y tampoco se puede oxigenar enviando a estas a otros puntos de la península porque está todo cerrado”, expresó.
Yakoub, un joven tunecino entrevistado recientemente por El Faro, cree que ninguna de las dos partes va a llegar a una solución en sus ultimas declaraciones a este medio. Mientras tanto, ve como numerosos compatriotas eligen saltar la valla hacia Marruecos como única solución, la cual él también se plantea después de dos años en el CETI. "No estoy dispuesto a perder mi vida aquí, se qué es peligroso, pero no puedo hacer nada. Mejor es eso que morir en este lugar", ha reiterado.
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