Melilla registra la mayor tasa de ocupación de camas UCI de todo el país, un 64,71 por ciento. No es el mayor porcentaje de ingresos por coronavirus durante la crisis sanitaria que ha registrado la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Comarcal, que actualmente atiende a 11 pacientes de ovid-19, pero si es una cifra lo suficientemente alta como para que salten las alarmas. Si a este dato le añadimos que la ciudad es la sexta en cuanto a Incidencia Acumulada por cada 100.000 habitantes, con un 1.029, podemos hacernos una idea de la dureza con al que la tercera ola de la pandemia está golpeando a Melilla.
Durante los primeros meses del estado de alarma, la ciudad logró capear la crisis sanitaria. Fuimos de los territorios que menos sufrió el embate del coronavirus, las medidas llegaron en su momento, fueron aplicadas por la mayoría de los ciudadanos y se gestionaron con habilidad los recursos sanitarios.
La situación en estos momentos es bien distinta. Desde la desescalada hemos presenciado como, cíclicamente, se aumentaban los contagios, una dinámica de la que no hemos logrado desprendernos a lo largo de todos estos meses y que tras las navidades se ha desbocado.
La situación es crítica. El Comarcal tiene los recursos que tiene y el personal sanitario está exhausto después de tanto tiempo luchando contra el virus. No en vano, 18 profesionales de la sanidad melillenses se han infectado en los últimos siete días.
Quien piense que el inicio de la campaña de vacunación significa el final del coronavirus está muy equivocado. Aún quedan muchos meses durante los que el virus seguirá haciendo estragos entre la población antes de que se logre una inmunidad colectiva.
Demasiado gente no se está tomando en serio el problema al que nos enfrentamos, ya sea por falta de información o por egoísmo personal, pero no podemos seguir como hasta ahora. Nuestro sistema sanitario puede verse avocado al colapso en los próximos días y eso sería una tragedia. Hace falta más firmeza a la hora de controlar que se cumplen las ordenes sanitarias y aquellos que no lo hagan deberían enfrentarse a una sanción ejemplar.