La obra, que se enmarca en la Melilla de finales de los 50 y la recién independizada Marruecos, ya tiene preparada la secuela tras el éxito que ha tenido en Madrid.
El escritor melillense Severiano Gil presentará esta semana su nuevo libro ‘La tumba del guerrero’ editado por Ebraica y el Instituto de las Culturas, cuya historia se enmarca en la Melilla de los años 50 una vez que Marruecos consiguió la independencia, según explicó el autor a ‘El Faro de Melilla’. Unos años de mucha incertidumbre entre la sociedad melillense de aquellos tiempos y del entorno marroquí que cambió drásticamente.
Aunque la obra se presenta en sociedad esta semana, hace unos meses hacía lo mismo en Madrid siendo uno de los atractivos de la Feria del Libro, que se celebra en el Retiro, y a donde Severiano Gil acudió para firmar ejemplares de ‘La tumba del guerrero’ y ‘La cuarta mezquita’, sus dos últimas creaciones.
Esta presentación reviste de una mayor emoción por ser la tierra natal del escritor melillense y cuya inspiración surgió de una noticia peculiar. Un barco que partía de Alhucemas portando a muchos ciudadanos de confesión hebrea, que huían clandestinamente del recién estrenado estado marroquí, se hundió cerca de la costa falleciendo todos sus viajeros. ‘La tumba del guerrero’ centra su atención en la historia de una familia que viaja con lo puesto hasta la costa, cerca de Alhucemas, para embarcarse en ese barco con tan fatal destino.
Sin embargo, para Severiano Gil otro de los aspectos más interesantes de ‘La tumba del guerrero’ es el contexto histórico en el que se produce ya que a finales de los años 50 Melilla se encuentra inmersa en la incertidumbre sobre su futuro económico tras la independencia marroquí de España y Francia.
Momento en que muchos ciudadanos de confesión hebrea, residentes en Marruecos, querían abandonar el país, pero un edicto real lo prohibió terminantemente, obligando a estos ciudadanos a huir en la cladestinidad.
Así, desde España e Israel se organizó toda una red para conseguir que estos ciudadanos pudieran salir de Marruecos bien burlando la seguridad de la gendarmería alauí bien recurriendo a los sobornos y conducirles a España, Israel o Latinoamérica.
Se conformaban grupos de hasta 25 personas que salían con lo puesto, dejando todas sus pertenencias en sus domicilios para no levantar sospechas entre sus vecinos y evitar ser denunciados. Así, eran conducidos a Málaga y luego a Gibraltar donde partían hacia su nuevo hogar.
Sin duda, este periodo histórico cobra importancia no sólo por la catástrofe que supuso el hundimiento del barco sino porque estas operaciones se produjeron durante siete largos años. Melilla, por su parte, se enfrentaba a un futuro incierto y una nueva concepción de fronteras, factores en los que la duda sobre su porvenir estaba en entredicho porque la única actividad económica existente manaba de la flota pesquera.
Cine y secuela
‘La tumba del guerrero’ saca a flote esta historia que pertenece a Melilla y que no es, en cambio, del dominio público; escrita en un estilo casi cinematográfico, como le gusta definirlo a su autor, y que posiblemente tenga una adaptación a la pantalla grande, aunque este proyecto está aún en el aire.
Lo que sí está ya más que materializada es la secuela de esta interesante obra cuyo manuscrito ya ha sido enviado a la editorial y que retoma la historia quince años después del hundimiento de este barco en las inmediaciones de Alhucemas. Severiano Gil, fiel a su estilo, adelantó que este nuevo volúmen también tiene ese espíritu cinemátográfico.
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